Por: Carolina León, Diario Financiero
Ha sido una semana intensa para el Ministerio del Trabajo. En los últimos días tomó fuerza la discusión sobre la posible creación de un sistema de indemnización a todo evento, que se financie con una cotización mensual de 4,11% con cargo al empleador y que se deposite en la cuenta individual del trabajador en el seguro de cesantía. Sin embargo, pese a que desde el Ejecutivo han reforzado que se trataría de una buena medida, la iniciativa no ha sido vista con buenos ojos por algunos sectores.
Un debate que invita a recordar un reciente estudio publicado por el Banco Central titulado “Mercado laboral: hechos e implicancias macroeconómicas”, en el cual la entidad analizó la antigüedad y rotación laboral de los trabajadores en Chile, entre otras materias.
Para elaborar su análisis, el ente emisor tomó los datos de la Nueva Encuesta Nacional de Empleo (NENE) del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la cual mostró una antigüedad promedio entre los ocupados de 41 meses (casi tres años y medio) en los últimos ocho años.
En tanto, datos administrativos mirados -entre ellos del Servicio de Impuestos Internos (Sii)- revelaron una antigüedad promedio de 38 meses en el país.
El análisis del Central permitió constatar que la antigüedad de las relaciones laborales varía según las características de la empresa y del trabajador. “Las más grandes, en términos de ventas anuales, tienen relaciones de mayor antigüedad. Además, ciertos sectores concentran relaciones laborales más largas como minería, servicios financieros, manufactura o energía, mientras que, en otros sectores como construcción y agricultura, las relaciones en promedio son más cortas”, señaló el estudio.
Al comparar la realidad local con otros países, el banco señaló que la antigüedad laboral en Chile aparece por debajo de los 136 y 134 meses promedio de duración de Portugal y Francia, y “relativamente más cerca de República de Corea y Brasil, que tienen duraciones promedio de 86 y 71 meses respectivamente”.
Con respecto a la rotación laboral, entendida como el promedio entre las tasas de entrada y salida de una empresa, la del empleo asalariado formal fue de 40,6% entre 2005 y 2016, superando a países como Dinamarca, Estados Unidos, España, Canadá, Francia, entre otros.
En promedio, , dice el informe, la rotación es menor en empresas más grandes, que probablemente están en etapas más maduras de su ciclo de vida y no sufren grandes cambios de escala, aunque sigue siendo alta en una perspectiva internacional. En las firmas pequeñas es explicada en gran parte por la creación y destrucción de empresas.
Para abordar las razones de los trabajadores para dejar sus empleos, el banco analizó 30 millones de términos de relaciones laborales asalariadas registradas por la Dirección del Trabajo entre 2005 y 2016. De ellas, 48% correspondió al fin del plazo de contratos, 16% a renuncias, 14% ausencias, 12% despidos por necesidades de la empresa y 10% a otras causales contempladas en el Código del Trabajo.
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