Por: Valentina Llompart, Diario Financiero.
Durante el encuentro “Financiamiento sostenible: impulsando tendencias hacia el futuro”, organizado por Scotiabank Chile y DF, expertos abordaron las principales tendencias, estrategias y acciones que el gobierno y privado están ejecutando en el ámbito del financiamiento bajo criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo, conocidos como ESG, por su sigla en inglés.
Luis Felipe Irarrázaval, managing director & head of investment banking de Scotiabank Chile, señaló que desde 2017, los volúmenes de colocación de bonos sostenibles se han ido “duplicando todos los años, hasta alcanzar un récord en 2021” y si bien el primer semestre de 2022 se sintió la volatilidad de los mercados, afectados por la inflación, el alza en la tasa de interés y la guerra de Ucrania, “vemos en los últimos meses una tendencia al alza del financiamiento sostenible” que seguiría en 2023.
El país, junto a Brasil y México, están impulsando este tipo de financiamiento en la región. “El 38% de los bonos sostenibles de Latinoamérica a la fecha, son de Chile”, afirmó.
Irarrázaval destacó el rol del Gobierno. “El hecho de que el soberano tenga una clara estrategia de sustentabilidad da credibilidad de que las empresas con sus estrategias de sostenibilidad, van a estar alineadas con lo que busca el Gobierno y que las regulaciones irán en esa misma línea”, explicó.
Sector privado y público
En la instancia, también participaron Colomba Henríquez, gerente de relación con inversionistas de CMPC, y Patricio Sepúlveda, jefe de la Oficina de Deuda Pública del Ministerio de Hacienda.
En el país, los principales sectores emisores de bonos sostenibles son empresas energéticas, forestales y mineras, y el Gobierno.
Una de ellas es CMPC, la primera compañía chilena en emitir un bono verde en mercados internacionales en 2017 y que ha seguido una estrategia de deuda sostenible totalizando hoy, US$ 2.200 millones en deuda ESG.
Respecto de los beneficios de optar por deuda ESG en lugar de tradicional, Henríquez señaló que estos se han visto dirigidos a “alinear ciertas áreas internamente a nivel de la organización completa de la mano con nuestros objetivos hacia la sostenibilidad”.
Sepúlveda, en tanto, afirmó que “como país, hemos podido expandir nuestra base de inversionistas, y los proyectos que buscamos financiar con estos bonos van dirigidos hacia áreas como transporte y energía limpia, edificios verdes, gestión del agua, apoyo a familias de bajos ingresos y seguridad alimentaria”.
KPI y bonos temáticos
Irarrázaval explicó que existen dos tipos de financiamiento sostenible, los temáticos- verdes, sociales y sostenibles, conocidos como ESG- y los que se basan en indicadores clave de rendimiento, los KPI.
Señaló que las principales tendencias en deuda ESG están apuntando más a bonos KPI más que temáticos. “En el mundo de los créditos hoy la estructura más solicitada son créditos vinculados a KPI, más que créditos temáticos justificados en el uso de fondos”.
Este tipo de financiamiento ha permitido a más empresas acceder a productos sostenibles, “considerando que muchas de ellas no tienen suficiente inversión como para justificar un financiamiento basado en el uso de fondos temáticos”, dijo.
Añadió que en este tipo de deuda, el uso de fondos es libre para las empresas, y su precio está sujeto al cumplimiento de ciertos objetivos, “como reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, del consumo energético”.