La investigación plantea que la revolución digital ha gatillado cambios en la estructura laboral, apuntando a que gracias a ella, personas con una mayor educación pueden aumentar sus horas trabajadas y por ende, sus salarios.
Pese a los esfuerzos de los grandes bufetes por fichar a estudiantes que ni han acabado la carrera a golpe de talonario, los jóvenes valoran si vale la pena asumir una excesiva carga de trabajo por mucho dinero que ganen.