Por: Renato Olmos, Diario Financiero.
Mientras la protagonista de esta historia, Fernanda Vicente, habla, a su espalda cuelga un cuadro con la leyenda “Piensa en Grande”. Esa frase resume muy bien la vida de la periodista, emprendedora, directora de empresas como Scotiabank y fundadora de Mujeres del Pacífico.
Vicente, que se define como una “creadora de soluciones”, cuenta que desde su infancia le apasiona descubrir nuevas cosas. Si bien dice que no fue una estudiante “descollante”, fue muy creativa y estimulada por nuevos aprendizajes.
“Hasta el día de hoy soy así. Incluso me cuesta quedarme dormida muchas veces por la cantidad de cosas que me pasan en la cabeza”, afirma Vicente.
“Entré a Periodismo por descarte, pero no me arrepiento porque me ha dado la posibilidad de manejar muy bien la comunicación, tener la capacidad de aprender muchas cosas y amplitud de criterio. Fue la carrera perfecta para mí”.
Fernanda Vicente, fundadora de Mujeres del Pacífico y directora de empresas.
Viene de una familia de emprendedores y una de sus fuentes de inspiración fue su abuela, quien montó y manejó una inmobiliaria durante 36 años. Tanto así que abrió un café llamado Amélie en su honor.
Sus padres influyeron en sus ganas de trabajar, pero no tenía claro cómo y en qué, al final se matriculó en la Universidad Diego Portales. “Partí por Derecho, pero no era lo mío. Entré a Periodismo por descarte, pero no me arrepiento porque me ha dado la posibilidad de manejar muy bien la comunicación, tener la capacidad de aprender muchas cosas y amplitud de criterio. Fue la carrera perfecta para mí”, dice.
De ahí en adelante vendría toda una montaña rusa de nuevos caminos, en los que también hubo sacrificios y aprendizajes. “La incertidumbre me fascina”, confiesa Vicente.
En 1998, y luego de titularse, partió a Estados Unidos a estudiar Marketing Comunicacional en la Universidad de California. Ese fue su primer acercamiento al mundo empresarial, en una época en que Silicon Valley era la “meca” de la tecnología, dice.
De vuelta en Chile se asoció con su suegra para traer una marca de ropa internacional lo que le permitió adentrarse en esa área. Pero quería “crear” y junto a una amiga montó una oficina en la que vendían obras de arte. Luego, con su marido se instaló en Australia, donde trabajó en una bodega levantando cajas y estudiando medicina natural.
Tras un par de años viviendo al otro lado del mundo, a mediados de la década del 2000, retornó al país a rearmarse otra vez. Fundó una editorial periodística y abrió el café Amélie.
También integró el directorio fundador de la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech), donde afirma, conoció “la palaba emprendimiento y me di cuenta de que existía más gente que pensaba como yo y se estaba cultivando una fuerza emprendedora en el país”.
Mujeres del Pacífico
En 2013, y tras dejar su puesto como directora de Asech, se dio cuenta que incluso dentro del ecosistema de emprendedores existía una desigualdad muy marcada en desmedro de las mujeres. Ese año, junto a un grupo de mujeres, fundó Mujeres del Pacífico, una empresa B que tiene como misión impulsar el desarrollo e intercambio económico entre los países miembros de la Alianza del Pacífico, en primera instancia, a través de la mujer y sus distintos roles como emprendedoras, ejecutivas y directoras de alto impacto.
“Fue después de un viaje que hicimos a Silicon Valley y vimos toda la tecnología y conocimiento que había. Ahí pensamos que no era posible que solo este grupito tuviera acceso a esto. La idea era transmitir el conocimiento a todas las mujeres posibles para que tuvieran poder y opción de emprender con esa herramienta”, cuenta Vicente.
En ese entonces, dice, la gente pensaba que esta iniciativa debía ser una fundación y no entendida como una aventura empresarial, pero el enfoque desde el primer minuto era impactar a la mayor cantidad de mujeres posible y al mismo tiempo, tener réditos económicos.
“Hoy tenemos nueve años y hemos trabajado con más de 40 mil mujeres en distintos países de la región con un modelo de negocio muy bien desarrollado, donde trabajamos con gobiernos y empresas de todo tipo, siempre con el foco de beneficiar a mujeres”, afirma la ejecutiva.
Además de fundar y participar en otras empresas y fundaciones relacionadas a la innovación, emprendimiento y mujeres, Vicente también tiene una fascinación por la academia. Tiene un Magister en Innovación y ha hecho clases en esa área en universidades como la de Santiago, la Chile, Católica y Finis Terrae.
Otra de sus facetas, es la de directora de empresas. Algo que afirma “nunca planificó”, en parte, porque le gusta crear sus propios negocios. Hoy integra los directorios de Scotiabank, de Constructora LD -empresa B- y de Nexus.
Nadie sería capaz de adivinar en qué estará la periodista el día de mañana, pero adelanta uno de sus ambiciosos planes. Tiene pensado crear una empresa a escala regional, donde espera levantar capital, hacerla crecer rápido y estar en más de un país el próximo año. ¿Sobre qué? Un secreto que aún no quiere revelar.