Por: Rafaella Zacconi, Diario Financiero
La pandemia cambió el sector de medios de pagos drástica y permanentemente, acelerando las tendencias que se estaban desarrollando en los pagos sin contacto, acelerando en cinco años el proceso de transformación digital de este negocio.
Así lo determinó un estudio de Accenture, según el cual, los pagos sin contacto crecieron un 150% desde marzo de 2019, a raíz del impacto del Covid-19 y los confinamientos que redujeron el número de dinero en efectivo circulante.
La firma detalló que este tendencia seguirá al alza con casi 2,7 billones de transacciones por un valor de US$ 48 billones (millones de millones), los cuales pasarán del efectivo a las tarjetas y pagos digitales en la próxima década.
“la gran diferencia entre la revolución de los pagos de los años 50′ y 60′ y la de hoy, es que actualmente la velocidad con la que se producen los cambios es inmensa. El ritmo de crecimiento y transformación de las nuevas tecnologías está impulsando este fenómeno. Los bancos ya no tienen décadas para decidir su estrategia e innovar en consecuencia; en el mejor de los casos van a tener años”, explica el director ejecutivo para la industria financiera de Accenture Chile, Nicolás Deino.
“A nivel mundial, se prevé que los pagos digitales alcancen un valor de US$ 6,6 billones (millones de millones) en 2021, un 40% más que en 2019”, agregó.
De acuerdo al informe, la tecnología y velocidad a la que se produce, son uno de los factores principales que explican el rally de los medios de pago digitales. Lo cual también ha sido fuertemente impulsado por las FinTech, debido a que a diferencia de la banca tradicional “encuentran rápidamente puntos débiles y crean productos para explotarlos”.
“Los neobancos suponen una amenaza especial en la carrera por la innovación centrada en el cliente. Estos bancos aumentaron sus clientes un 50% durante la pandemia, y se espera que el tamaño de su mercado crezca a una tasa de crecimiento anual del 48% de 2020 a 2027″.
“Cuando se trata de pagos, los consumidores quieren que sean sencillos e integrados. La banca móvil se suponía que debía atraer a los consumidores para que también hicieran pagos. Pero con demasiada frecuencia son incómodas, lentas y poco intuitivas. No existe una aplicación bancaria única que satisfaga plenamente todas las necesidades del consumidor digital de hoy”, indicó Deino.
“Los bancos que están liderando a nivel mundial ya están empezando a pensar en cómo impulsar tecnología para ofrecer lo mejor de las FinTech y las BigTech, y vincularlas a sus propios puntos fuertes. Porque entienden que, si bien la introducción de nuevos productos es importante, también lo es integrarlos con las ofertas existentes que ya tienen una masa crítica”, añadió.
De hecho, según el informe, los bancos pueden influir directamente en el comportamiento de compra a través de la data con la que cuentan debido a los pagos, pues en 2019 los consumidores de todo el mundo gastaron US$ 35 billones (millones de millones) con tarjetas, y la explosión de las compras online en 2020 significa que esa cifra ha crecido desde entonces.
Esto, sería un gran atractivo para grandes empresas tecnológicas como Apple y Google para integrarse al espacio de los pagos. “Hoy se está produciendo una revolución en los sistemas de pagos y las personas esperan una experiencia fluida y de calidad. Avanzar hoy hacia las tecnologías e innovaciones que permiten cumplir con esa demanda, es una urgencia para los bancos”, concluyó Deino.
El estudio afirmó que las decisiones críticas durante los próximos años “determinarán si los bancos continuarán impulsando la increíble innovación que ha encendido a la industria de pagos, o si sufrirán el declive de sus marcas orientadas al consumidor. Si pueden hacerlo bien, volverán a escribir la historia de la futura industria de pagos”.