Por: Alejandra Gajardo P., Diario Financiero.
En el mundo, el concepto de Smart City surgió hace un par de décadas y si bien no hay una sola definición, hay consenso en describirlas como aquellas que ponen a las personas al centro del desarrollo e incorporan las tecnologías de la información y comunicación (TIC) en la gestión urbana para mejorar la eficiencia y la calidad de vida. A fin de cuentas, urbes resilientes, innovadoras, seguras, vivibles y disfrutables.
En Chile, hace una década, la academia y luego los sectores público y privado empezaron a hablar de Smart City para abordar los problemas que enfrenta Santiago desde la tecnología y si bien hoy se suman otros, hay consenso en señalar que las principales barreras para lograr una mejor calidad de vida de sus ciudadanos, pasan por la fragmentación territorial, la movilidad, la seguridad y el medio ambiente.
El gobernador de la Región Metropolitana (RM), Claudio Orrego, tiene un diagnóstico que define como de dulce y de agraz. “Esta capital tiene una gran capacidad instalada en materia de conectividad, excelentes emprendedores, un súper sistema universitario y muy claras sus prioridades. Aun así, sufre de fragmentación, ya que sus 52 comunas y ministerios se coordinan poco y, además, socialmente hay mucha desigualdad”.
Dice que a pesar de la conectividad, algunas comunas están absolutamente desconectadas. “El estallido social mostró situaciones como la de La Pintana, que tiene 220 mil habitantes, pero sólo un par de supermercados y cajeros automáticos, pocas farmacias y casi nula conectividad digital”, sostiene Orrego.
A pesar de sus falencias, cree que la ciudad tiene buen diagnóstico debido a que sus problemas, seguridad, medio ambiente y movilidad, están bien definidos. “Además, contamos con muy buena base instalada, un sólido sector privado, un Estado que a pesar de sus problemas tiene bastantes competencias y un mundo académico. Lo que pasa es que una ciudad de tantos habitantes no se puede gobernar desde 52 islas, como si fuese un archipiélago, pero tampoco desde una Torre de Babel, que es el gobierno central”, explica.
La visión del gobernador es compartida por el arquitecto urbanista y director ejecutivo y de investigación de Smart City Business Chile, Pablo Durán, quien señala que la fragmentación y la polarización son las grandes barreras que tiene que enfrentar Santiago. También las normativas que entrampan a las asociaciones entre entes públicos y privados. “Las estructuras de transparencias, aprobaciones de los consejos de municipios, entre otras, hacen que iniciativas del mundo privado, se diluyan en burocracia”, dice, aunque también destaca algunos avances en electromovilidad y en la integración de las ciclovías.
Respecto a la movilidad urbana, el doctor en estudios de transportes y docente de la Universidad de los Andes, Rodrigo Fernández, también cree que la capital chilena tiene las condiciones para lograr ser “inteligente” en este ámbito, pero siempre y cuando se establezcan objetivos claros.
“Tenemos GPS en los buses, pero sólo nos sirven para consultar, mediante algunas aplicaciones, cuándo llegará el que esperamos, pero no para que estos ordenen su frecuencia y no se produzcan filas en los paraderos. Debemos establecer qué queremos hacer con toda la información que nos llega y trabajar en ello”, plantea.
Santiago y 5G
Diversos actores estiman que el despliegue de la red 5G podría generar oportunidades para la gestión urbana inteligente.
Francisco Guzmán, director de Claro Empresas, dice que la tecnología 5G brindará conectividad a billones de dispositivos y servicios, lo que la transformará en una habilitadora de innovaciones para el desarrollo de ciudades inteligentes y vehículos autónomos.
“Pero no solo se trata de sensorizar para tener espacios mejor iluminados, más seguridad, mayor control de las variables medioambientales o movilidad. Pensar en ciudades inteligentes conlleva resiliencia. En la medida en que se use la data para mejorar los espacios, estos estarán más preparados para enfrentar tanto desastres naturales, como desafíos propios de lugares cuya población tiende a envejecer”.
Dice que, a nivel local, se podrá abordar la seguridad con nuevas tecnologías, “lo que es un desafío y una gran oportunidad, sobre todo hoy, cuando representa una de las mayores preocupaciones de las personas”.
Las iniciativas de Sé Santiago para
convertir a la capital en una ciudad inteligente
El programa de Corfo está implementando tres proyectos: áreas verdes accesibles en edificios públicos; un corredor de buses eléctricos en Colina, y una ciudad inteligente a escala en la UC.
Hace cinco años se creó Sé Santiago Smart City, un programa estratégico de Corfo Metropolitano y Fundación País Digital, que tiene como objetivo posicionar a la capital como ciudad inteligente en Chile y el mundo.
Para ese fin ejecuta e implementa proyectos en esa dirección y apalanca recursos privados y públicos. Su gerenta general, Luz María García, explica que la entidad se define como una plataforma viva y permeable a la realidad del momento, que reúne a distintos actores públicos, privados y de la academia para resolver situaciones y avanzar hacia la deseada inteligencia. Hoy la cartera de proyectos de Sé Santiago tiene tres ejes principales, seguridad, movilidad y medio ambiente. Entre ellos, García destaca principalmente tres, que están en proceso de ejecución o pronto a ser realidad. Uno de ellos es Techos verdes sustentables, que consiste en áreas verdes accesibles instaladas en edificios públicos y de salud con el objetivo de elevar la calidad de vida de la comunidad, bajar la contaminación y hacer frente a las islas de calor que sufren algunas zonas de la capital. El proyecto, que pretende abarcar 25 hectáreas, comenzó con la instalación de 1.000 metros cuadrados en el techo del Hospital Exequiel González Cortés.
“No sólo buscamos un edificio que resistiera una iniciativa de esa naturaleza, sino que también beneficiara a muchas personas, tanto pacientes, como trabajadores y la comunidad. Para hacerlo sustentable, se instalaron paneles solares para bajar el consumo eléctrico y se hizo más eficiente el consumo hídrico. La idea era generar un ahorro que asegura larga vida a la idea”, explica García.
Electromovilidad en Colina
En el área de movilidad, está el proyecto llamado 20+3+1, el que consiste en un electrocorredor en Colina. Este considera 20 buses eléctricos aportados por China, tres adquiridos por la municipalidad de la comuna, un camión de residuos, dos puntos de carga y un paradero inteligente esquipado con tecnología de última generación. La iniciativa, que estaría operativa en diciembre próximo, conectaría al centro de Colina con la intermodal Los Libertadores.
Entre los proyectos para este año, García también destaca el lanzamiento en agosto próximo de una ciudad inteligente a escala en el campus San Joaquín de la Universidad Católica, en el que participan entes privados, públicos y académicos.
La iniciativa busca mostrar el funcionamiento de una smart city, en ámbitos como la “interconexión y todos los elementos que hacen que se genere habitabilidad, calidad de vida confort”, señala la ejecutiva.