Por: Teresa Espinoza, Diario Financiero
Fue la primera de las emprendedoras que subió al escenario para contar su experiencia y rápidamente capturó la atención de las decenas de asistentes a la Conferencia Mujeres y Comercio en la Era Digital que se realizó esta semana en el marco de Apec. Su historia ya tiene 20 años, cuenta de éxitos y dificultades, pero quizá lo más llamativo es que se ha desarrollado en un área en la que las mujeres están poco: la tecnología.
Mónica Retamal, periodista, armó su primera empresa de desarrollo de páginas web en el 99, cuando hacer eso era muy distinto a lo que es hoy, relata: “Aprendí a puro costalazos, me llené de informáticos, no entendía nada. Pensaba que me estaba metiendo en un mundo de contenidos y era de códigos”.
Siguió aprendiendo, avanzando, hasta que apareció una oportunidad y terminó trabajando con un socio en ofrecer servicios tecnológicos a EEUU.
Varios años después decidió hacer un cambio y surgió Kodea, un emprendimiento social del cual hoy es directora ejecutiva y tiene por propósito potenciar la generación de talentos para el mundo digital y fomentar un desarrollo tecnológico más inclusivo.
“Cuando empezamos a exportar a EEUU buscamos técnicos bilingües que programaran, y no encontramos gente en Chile. Eso me dio la señal de decir que no puede ser que nos estemos perdiendo esta oportunidad como país. De ahí nace Kodea”, explica.
– ¿Qué es hoy Kodea, en qué proyectos están?
– Ya va para su quinto año. Somos alrededor de 20 personas y tiene tres áreas de desarrollo muy claves. Una es educación, donde tenemos un equipo que se dedica básicamente a trabajar en reformular el currículum de ciencias de la computación e insertarlo en la educación pública. Trabajamos con el Mineduc y con el ecosistema de profesores. Luego, tenemos un capítulo de reconversión laboral. Hay un programa muy conocido que se llama Mujeres Programadoras, que creció y se convirtió en una política pública llamada Talento Digital para Chile, en la cual estamos con Fundación Chile como unidad ejecutora. El lanzamiento oficial fue la semana pasada. Un tercer grupo de proyectos está bajo el concepto de sensibilización, que es básicamente tratar de conectar la tecnología y darle sentido para las personas.
– ¿Desde tu experiencia en esta área, cuáles diría que son las políticas públicas que están más al debe?
– Chile avanzó mucho en infraestructura en los 90 y se quedó muy pegado en los últimos años. Creo que si aspiramos a estar inmersos en esta industria, necesitamos invertir en más infraestructura 5G. Si sales de Santiago un poco más allá, ya no encuentras conexión a internet, es bien dramático y eso es clave. Lo que está haciendo la Subsecretaría de Telecomunicaciones es fundamental.
Lo segundo es intervenir el mundo de la educación, ya no podemos seguir con el modelo de niños sentados recibiendo contenidos que pueden obtener de internet. Tenemos que hacer un cambio sensible en lo que pasa dentro de la sala de clases.
El tercer tema tiene que ver con esta fuerza de trabajo que sale del mercado producto de la automatización. Efectivamente, en el mundo se están perdiendo miles de empleos, bueno, ¿qué va a pasar con toda esa gente? Vamos a tener que acostumbrarnos a otro tipo de empleos, a reciclarnos constantemente y por lo tanto tenemos que acercar el mundo del conocimiento a las personas.
-Se suele vincular lo tecnología con las mujeres como una oportunidad especialmente provechosa. ¿Es tan así?
-Completamente. Hay un 5% de participación de mujeres en la industria tecnológica, lo que es un drama, porque el 50% de los consumidores de tecnología somos mujeres, por lo tanto, el producto tecnológico tiene un problema en su esencia, que es que no tiene el punto de vista femenino. A nosotras, los productos digitales no se nos hacen tan fáciles porque los diseñan hombres informáticos con una cierta caracterización. La industria digital ha hecho un tremendo esfuerzo por sumar mujeres, porque saben que en la medida que incluyan nuevos puntos de vista, el producto se enriquece. Nosotros, en Mujeres Programadoras, lo hemos demostrado con creces.
– ¿Qué proyectos vienen en la fundación?
– Todos nuestros proyectos tienen una lógica, que es hacer primero experimentos sociales y después escalamos. Hoy estamos con puros proyectos grandes y muy de escala nacional. También como institución estamos sufriendo la crisis del crecimiento, hasta hace poco éramos cinco, ahora somos 20 y estamos tratando de funcionar un poco en este mundo de las políticas públicas, que es muy distinto al mundo tecnológico.
– Respecto del empleo, hay visiones muy distintas que van desde el optimismo al pesimismo total. ¿Cómo lo ves?
– Yo paso del pesimismo al optimismo muy rápido y al revés también. Pero creo que las revoluciones en general son ventanas que se abren y que generan muchas oportunidades para quienes son capaces de capitalizarlas. Las dos revoluciones industriales más importantes que hemos vivido en el siglo XX generaron oportunidades tremendas para países que la aprovecharon y generan las brechas para países que no las aprovechamos.
Hoy día estamos en un momento muy emblemático, la revolución digital está abriendo una cantidad de oportunidades tremenda y hay países que efectivamente están jugándosela con todo para aprovecharlas y hay países que estamos mirando todavía, y esas brechas, como se abren, se cierran. Lo que hagamos en materia de políticas públicas y lo que hagamos como líderes empoderados, si abrazamos la tecnología y la ocupamos para el bien común, sin duda vamos a tener un tremendo país porque Chile tiene todas las condiciones para pegarse el salto. Este es el único país de Latinoamérica que tiene un laboratorio de tecnología en cada una de las escuelas públicas del país, eso no lo tiene el resto.