Carolina León, Diario Financiero
No era necesario verla para saber que estaba cerca, cuentan las personas que conocieron a María Ester Feres, la abogada laboral que por una década lideró la Dirección del Trabajo (DT). Y es que sus distintivos aros y collares que solía usar emitían un sonido que dejaba claro que la abogada estaba presente en un lugar.
Feres, nacida en La Serena en 1943 y cuyo fallecimiento la noche del miércoles provocó pesar en el mundo político y sindical, estudió Derecho en la Universidad de Chile y tras el golpe militar estuvo exiliada en la República Federal Alemana, desde donde regresó al país en 1986.
En Chile, tuvo una relación muy cercana al mundo sindical, y fue una de las figuras claves en la refundación de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Así lo asegura el extimonel de la multisindical, Arturo Martínez: “Ella participó en el grupo de asesores técnicos para generar los estatutos y todo el sistema electoral de la CUT”, dice, agregando que su rol fue clave en el resurgimiento de la entidad.
Estuvo años asesorando a la Central, hasta que en 1994, durante el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, fue nombrada como directora del Trabajo, cargo que ocupó hasta el 2004 en el mandato de Ricardo Lagos.
Al mando de la Dirección del Trabajo, la también militante del Partido Socialista lideró la creación de una serie de instancias en materia de relaciones laborales, como los Consejos Tripartitos Regionales de Usuarios (CTRU), la mediación y la capacitación, instancias de diálogo social que hoy tienen especial relevancia para la institución.
Pese al cargo de directora, Feres nunca se desvinculó del mundo sindical. Por el contrario, con los años construyó una relación muy cercana con ese sector, tanto con la CUT como con la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF).
“Siempre voy a pensar que ella era más dirigente sindical que abogada, porque de verdad se la jugaba mucho por nosotros”, cuenta Martinez. Su relato es reforzado por otro dirigente histórico de la ANEF, Raúl de la Puente, quien agrega que Feres fue una mujer muy relevante para el sindicalismo en Chile.
Según cuenta de la Puente, la letrada fue muy cercana a Manuel Bustos y María Rozas, exdirigentes que se transformaron en referentes para el mundo sindical. “Todos ellos son modelos a seguir”, asegura el extimonel de los empleados fiscales. “Siempre apoyó a los dirigentes y a los trabajadores en sus causas, pese al cargo que tenía”, agrega.
En septiembre de 2004, los funcionarios de la DT iniciaron una huelga que se extendió por 32 días. Movilización en la que Feres tuvo un rol clave.
“Ella consecuente, sólida con sus principios, estaba comprometida con los funcionarios de la DT y con nuestras demandas”, relata Náyade Zúñiga, una dirigente del servicio que vivió en primera línea aquella histórica paralización.
En esa época, los funcionarios de la entidad paralizaron para exigir una modernización de la ley de plantas del servicio, para así mejorar sus condiciones laborales. Zúñiga, que en ese entonces era dirigenta de la zona Metropolitana del servicio, pudo presenciar el compromiso de Feres con sus funcionarios.
“Paralizamos todo, todo el servicio”, cuenta Zúñiga, enfatizando que Feres siempre respaldó a sus funcionarios. “A ella la estaban presionando desde el Gobierno, pero siempre nos escuchó. Y cuando se le pidió descontar los días de huelga de los sueldos, se negó”, narra. Esa decisión significó que el Gobierno le solicitara la renuncia al cargo.
El día que renunció a la dirección de la entidad, Feres tomó sus cosas y se trasladó a la sede del Partido Socialista, ubicado en la calle París, en el centro de la capital.
“Estábamos en asamblea y nos enteramos. En ese momento, de forma muy espontánea, marchamos al Partido Socialista. Ella salió por el balcón. Y hubo un cariño y un agradecimiento muy grande para ella”, cuenta Zúñiga.
Wendoling Silva, militante PS y también abogada laboral, andaba por ese sector y presenció las palabras que dio Feres. “Su visión del derecho del trabajo, su convicción de que a los trabajadores no se les podía castigar por realizar una huelga por sus derechos fue impresionante. Su energía era enorme”, recuerda.
Quienes tuvieron la oportunidad de trabajar con ella, enfatizan que la huella que dejó, tanto en términos personales como profesionales, es imborrable.
“Ella era única”, dice Maria Cecilia Sánchez, exdirectora del Trabajo en el primer gobierno de Sebastián Piñera, quien trabajó con Feres durante 10 años en la unidad jurídica del servicio. “Tenía un compromiso con su trabajo gigante. Llegaba temprano, se quedaba hasta muy tarde, los fines de semana se llevaba trabajo a la casa. Era muy cariñosa con su equipo”, cuenta.
Wendoling Silva, quien ingresó año y medio después de la renuncia de Feres a trabajar al servicio, cuenta que al interior de la entidad los funcionarios mantuvieron el cariño y respeto hacia la exdirectora. “Ella ya no estaba y se le trataba de la directora Maria Ester, con cariño y admiración”.
Pero no todo son recuerdos serios, también hay anécdotas. “Una vez me mandó a la televisión en representación de la DT, y me miró y me dijo ‘así no puedes ir‘ y yo no entendía, y me puso de sus collares, sus aros, me maquilló porque para ella andaba muy fome. Muy fiel a su estilo”, cuenta con cariño Sánchez, destacando que Feres “marcó mi vida profesional, me inspiró a ser más rigurosa y estudiosa”.
El exministro del Trabajo, Osvaldo Andrade, la recuerda como una mujer brillante, afectuosa, pero al mismo tiempo como una abogada dura en sus planteamientos. “Fue una destacadísima militante socialista, de una inteligencia extraordinaria, con una convicción intachable”, dice, agregando que el ruido de sus aros y collares “nunca se olvidará”.