Por: Rafaella Zacconi, Diario Financiero
A casi 10 años desde el primer acercamiento, la Ley FinTech vio esta semana un nuevo avance tras ser aprobada en particular en la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados. Y si bien son varios los puntos a favor para la industria, algunos afirman que aún hay cabos sueltos.
En conversación con DF, el CEO de Cumplo, Gonzalo Kirberg, y el director ejecutivo de Broota, Jose Antonio Berrios, entregaron sus posturas respecto a lo que aún está pendiente para mejorar el ecosistema FinTech en Chile y los pasos que se deberían dar de ahora en adelante.
En primer lugar, Kirberg afirmó que, si bien está de acuerdo con gran parte de lo que plantea el proyecto en términos de proporcionalidad, regulación por actividad y data abierta, aún existe una gran ausencia de incentivos para “nivelar la cancha” en un sistema financiero concentrado como el de Chile.
“Creo que como país debiésemos prosperar, ver qué cosas debiéramos hacer nosotros para de verdad incentivar la entrada de nuevos medios y la competencia en los servicios financieros que ya es tan competitivo dentro de un grupo cerrado”, comenta.
En esta línea, detalla que una opción para atraer más capital de riesgo a Chile sería simplificar el acceso a los datos y enfocar mejor los recursos del Estado a esta industria naciente.
Por su parte, Berrios afirma que “si queremos que esto se siga desarrollando, extendamos a las personas que inviertan este tipo de activos en beneficios tributarios de que no paguen impuestos por sobre mayor valor”.
“En Inglaterra ya llevan varios años con este tema y han tenido súper buenos resultados. Me encantaría que ocurriera de esa forma porque lo hace absolutamente accesible y equitativo”, agrega.
A raíz del rally que ha tenido el mercado criptográfico este año, la Ley FinTech permitiría que criptoactivos asociados a una moneda, como las stablecoins, puedan actuar como medio de pago en Chile bajo ciertas condiciones.
Al respecto, el CEO de Cumplo afirmó que debido a que aún hay pocos países que han resuelto la regulación de este sector, invertir mucho tiempo en esto podría perjudicar el avance de la Ley.
“Si ese tipo de cosas van a empezar a estancar la ley, yo prefiero una ley más simple o que abarque menos temas que ninguna ley o quedarnos sin ley, porque lo que puede pasar es que finalmente, sí le queremos poner demasiado condimento a la sopa, no terminemos de hacer la sopa nunca”, explica.
Por otro lado, Berrios afirma que “se debería comenzar no solamente por lo que hoy día hay, sino que por todo lo que podría existir”, sin dejar de lado parte importante del ecosistema FinTech como el criptomercado.
“Sería bueno conversar, comenzar con algo, no solamente por las plataformas de criptoactivos que hoy día existen, sino porque además es hoy día una herramienta tecnológica que nos va a permitir a nosotros, a Cumplo, o a otras plataformas utilizar estos tokens o criptos para resolver ciertos temas de trazabilidad de requisitos”, indica.
Actualmente, son varios los países que han regulado a la industria FinTech, pero para los expertos, no todo debiera ser completamente replicado en Chile.
Para el director ejecutivo de Broota, Inglaterra debería ser uno de los grandes referentes, ya que, según él, a diferencia de México o Colombia, “partieron más abiertos y a medida que fueron detectando posibles problemas o cosas que quedaron no resueltas o con un poco de posibilidad de fraude, ahí van agregando cierto modificaciones, pero en relación a lo que va ocurriendo, la realidad”.
En esta línea, detalló que los países latinoamericanos, comenzaron desde lo más particular, restringiendo los posibles movimientos de la industria. De igual forma, Berrios agregó que la carga regulatoria, en el caso de México, hace que sea caro estar regulado, y por ende “le cierra la puerta a muchísimos emprendedores”.
“Para nosotros ha sido muy duro y tuvimos que tomar otras decisiones desde el punto de vista de estructura legal en México. En la ley mexicana quedó que las empresas en su conjunto no podían solicitar más de un monto de alrededor de US$ 1 millón de créditos a través de todas las plataformas de crowfunding. El proceso, básicamente, te está diciendo que esta industria es solamente para las micro microempresas, porque de US$ 1 millón en México, no sé, es equivalente a US$ 200 mil en Chile, es como si dijéramos que nadie puede pedir más de $ 150 millones entre todas las empresas FinTech de Chile”, concluye.
Si bien aún no hay una fecha clara sobre cuándo la Ley podría ver la luz al final del túnel, ambas FinTech concuerdan en que el principal riesgo es el próximo cambio de mando en el gobierno y Congreso, ya que, según Berrios, “no creo que vaya a ser la prioridad de ninguno de los candidatos hoy en día, porque no necesariamente es algo tan visible como para todas las personas.
“Esto es algo que rebota, está tras bambalinas. Yo creo que si esto pasa, y ya no lo alcanzan a sacar ahora, capaz que llegue para el final del próximo gobierno”, prevé.
“Lo único que pediría es, y se lo hemos dicho a todos los sectores políticos, que entiendan la importancia y el impacto que tiene abrir los servicios financieros a más players y aumentar la competencia y darle más posibilidades”, afirma Kirberg, añadiendo que el proyecto “podría salir bastante rápido si ciertas técnicas de las distintas corrientes políticas se juntaran, porque no hay mucha diferencia en esto”.