Las cifras que avalan el tránsito hacia una jornada laboral menor a 45 horas a la semana

 

Por: Carolina León, Diario Financiero.

Hace unas semanas, el Ministerio del Trabajo lanzó el “Sello 40 Horas”, una iniciativa que busca reconocer a las empresas que han optado por implementar este esquema antes de que el gobierno concrete las indicaciones al proyecto de ley ya presente en el Congreso que busca reducir actuales 45 horas semanales. A la fecha, ya son 17 las firmas que han recibido la distinción, entre ellas Wom, FirstJob y Caja Los Andes, y no sería extraño que se sumaran más. Al menos, así lo sugieren las cifras.

Un análisis realizado por el académico de la Universidad Diego Portales y director del Observatorio del Contexto Económico UDP, Juan Bravo, muestra que hay un cambio en la composición del empleo asalariado formal en el sector privado, el mundo al cual va dirigido el eventual ajuste horario.

Basado en los antecedentes de la Encuesta Nacional de Empleo del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el experto identificó que en los últimos dos años un porcentaje importante de trabajadores ha comenzado a desempeñarse en una jornada inferior a las 45 horas semanales.

Los datos indican que tras el estallido del conflicto social y, en medio de la pandemia, ha aumentado el grupo que cumple con sus tareas en un lapso de 31 a 44 horas habituales semanales y, como contraparte, se ha reducido el porcentaje que hace sobretiempo (más de 45 horas habituales semanales).

Si en el trimestre octubre-diciembre de 2019 solo un 7,3% de los trabajadores cumplía una jornada de entre 31 y 44 horas, en el trimestre marzo-mayo 2022 pasó a 15,6% de los 4.507.689 trabajadores privados asalariados formales.

Aun así, un 66,8% tiene una jornada de 45 horas, pero es más marcado entre los inmigrantes (70%) que entre los nacionales (66,1%). Y, en cualquier caso, es inferior a los niveles de 69% de 2019.

“Este cambio muestra características persistentes, pues tras más de dos años de iniciada la pandemia no se observa que se reduzca la prevalencia de quienes trabajan 31 a 44 horas semanales. A diferencia de otros fenómenos laborales con fuerte componente transitorio, como el teletrabajo, que ha reducido significativamente su prevalencia desde el peak en la pandemia. Los formatos de 31 a 44 horas semanales han mantenido su mayor prevalencia post estallido social y cuarentenas masivas”, comenta Bravo.

¿A todos por igual?

Este patrón se observa tanto en hombres como en mujeres, aunque es levemente más marcado entre los primeros. De ellos, 15,7% se desempeña por debajo de las 45 horas y entre ellas un 15,4%.

En definitiva, este cambio de composición, muestra el análisis de Bravo, además de tener rasgos de persistencia, aparece como generalizado a través de distintos grupos de la población. Por ejemplo, no se notan diferencias por nivel educación.

“Esto es bien interesante, porque sin existir ninguna reforma legal de rebaja de jornada ordinaria, las cifras muestran que es una fórmula que está ganando terreno, y de forma transversal”, afirma Bravo.

En el desglose por rama, considerando las de mayor ponderación en el empleo asalariado formal en el sector privado, destaca el mayor peso en el mundo de la enseñanza, donde la persistencia de la jornada actual entre los trabajadores pasó de 55,8% a 49,1%.

Para Bravo, las jornadas inferiores a 45 horas semanales es el fenómeno laboral que realmente llegó para quedarse.

Y respecto a la propuesta en sí, el experto señala que se trata de una iniciativa factible, pero que su éxito dependerá de la adaptabilidad y gradualidad que se considere en su implementación.