Investigadores de la Universidad de Chile buscan degradar plásticos utilizando enzimas

 

Por: Valentina Llompart, Diario Financiero.

De acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los residuos plásticos mundiales se triplicarán para 2060. En ese contexto, un equipo de científicos del Centro de Biotecnología y Bioingeniería (Cebib) de la Universidad de Chile -encabezado por el ingeniero bioquímico Juan Asenjo y la bioquímica Bárbara Andrews-, están trabajando en una investigación para degradar plásticos utilizando enzimas.

Asenjo explica que el proyecto se enfocará en crear enzimas a partir de microorganismos extremófilos -que viven en condiciones extremas-, presentes en el Desierto de Atacama, la Antártica y la Fosa de Atacama, y que en un principio fueron obtenidos con el objetivo de encontrar nuevos antibióticos, anticancerígenos y antifúngicos.

“Sin embargo, me empecé a meter de a poco en el tema de la degradación de los plásticos, que sabía que se estaban desarrollando distintas iniciativas en otros países para tratar de resolver este problema, y ahí tomamos la decisión de armar el proyecto propiamente tal”, señala.

El proyecto logró adjudicarse los fondos de la primera versión del concurso “Proyectos de Exploración 2022”, realizado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), el cual tiene como objetivo contribuir al desarrollo y consolidación de la investigación científico-tecnológica disruptiva.

Asenjo cuenta que tendrán un plazo de tres años para desarrollar la investigación y testear las enzimas, donde “luego de que veamos su eficiencia, vamos a usar técnicas de ingeniería de proteínas que hemos desarrollado durante muchos años, para mejorarlas y que puedan degradar plásticos. La particularidad que tiene trabajar con ambientes extremos es que se pueden encontrar microorganismos con características inusuales”.

Escalamiento

A la fecha, se han identificado enzimas con la capacidad de degradar plásticos en otros países, pero que tienen muchas limitaciones para su uso a escala industrial debido a su baja estabilidad y/o actividad catalítica.

El científico comenta que, una vez que finalicen los tres años de investigaciones, la idea será que el producto final que logren desarrollar pueda crecer a escala industrial a nivel mundial.

“Si descubrimos enzimas nuevas que tengan un buen potencial para lo que estamos haciendo, las vamos a patentar. Y ahí se genera el interés en la industria. Producir enzimas como estas en gran escala no es un problema, así que podría llegar a cubrir toda la demanda de plástico en el mundo”, sostiene Asenjo.