Por: Paula Vargas M., Diario Financiero
Madrid, Nueva York y Bogotá son algunas de las ciudades del mundo que están terminando el confinamiento o pasando a fases con menores limitaciones de movimiento en medio de la pandemia del coronavirus. Precisamente líderes de estudios internacionales de dichas jurisdicciones cuentan a Diario Financiero lo que la crisis dejó y los desafíos ante la inminente reapertura de sus oficinas.
DLA, CMS , Philippi Prietocarrizosa Ferrero DU & Uría (PPU) y Garrigues señalan que ahora viene la etapa más compleja: volver a sus espacios laborales sin correr mayores riesgos ¿Cómo?
El managing partner de DLA Piper en Estados Unidos, Richard A. Chesley señala a DF que una de las fórmulas que barajan es el retorno voluntario a las oficinas. Como ese retorno será gradual y “de la forma más prudente posible”, afirma, paralelamente comenzarán la búsqueda de nuevas herramientas tecnológicas que acompañen este cambio, así como una revisión de las necesidades de espacio.
“Ha quedado demostrado que las firmas de abogados podemos funcionar en gran medida sin la necesidad de grandes espacios físicos…será necesario examinar entonces los fuertes compromisos de capital en ese sentido, así como los diseños de las oficinas de abogados que han migrado a configuraciones más de ‘espacio abierto’ ”.
Desde Madrid, el socio director de CMS Albiñana & Suárez de Lezo, César Albiñana cuenta que la vuelta a la oficina es una realidad para la cual se han preparado con semanas de antelación. “En primer lugar, hemos realizado test de detección del Covid-19 a todos nuestros empleados y adaptado nuestras instalaciones con todas las medidas de seguridad”. Agrega, que la vuelta también se está realizando de forma paulatina para evitar concentraciones de gente, y aunque hay optimismo, asegura enfrentar el retorno con el “debido respeto” frente a la dureza con que el nuevo coronavirus se dejó ver en el viejo continente.
La pospandemia también es un tema de discusión en la comunidad legal en Colombia. La socia de PPU en ese país, Claudia Barrero señala que el principal desafío en ese sentido será aplicar los estrictos protocolos de bioseguridad que se han establecido y el deber de cuidado para sus integrantes, clientes, proveedores, etc. De ahí, la advertencia de que “el retorno a las oficinas será lento y por etapas y hasta no saber que estaremos todos a salvo no volveremos a la normalidad que conocíamos. Tendremos que vivir esta nueva normalidad, la normalidad del cuidado”, acotó.
Aunque en el país estamos más lejos de retomar el trabajo en los espacios tradicionales, el socio local de Garrigues, Luis Felipe Merino adelanta que uno de los aspectos que se profundizará con la crisis será el uso de herramientas colaborativas y tecnológicas para comunicarse, lo que derivará en menores desplazamientos y reuniones presenciales.
En ese sentido, añade Barrero, el factor tiempo es uno de los aspectos que se valora mucho más ahora y no siempre se le da el mejor uso. “Hoy sabemos, por ejemplo, que no todas las reuniones son necesarias, que no todos los viajes son necesarios y que podemos, o más bien debemos, gastar más inteligentemente ese recurso”.
Aunque todos destacan que el tema de la tecnología finalmente no fue un impedimento para el teletrabajo, señalan que sí debe haber un reforzamiento de los sistemas, particularmente los que tienen relación con la comunicación, aspecto donde estuvo el principal escollo del teletrabajo. Richard Chesley revela que la falta de interacción hizo más difícil mantenerse conectado con todo el personal y también afectó el proceso formativo de los abogados más jóvenes.
En el caso de Garrigues, Merino enfatiza que la crisis evidencia la importancia de seguir invirtiendo de manera constante en tecnología acompañada de una buena estrategia e integración.
Y si se trata de lecciones, el socio de CMS en España, César Albiñana enumera tres puntos a considerar por la comunidad legal: “Primero, nunca hay que ser conformista. Hay que estar preparados para romper con estructuras tradicionales y adaptarse rápidamente a los nuevos cambios. Luego, mantener el contacto con los clientes y guiarles en las situaciones a las que se enfrentaban y tercero, cuidar y apoyar a los integrantes del despacho”, concluye.