Por: Carlos Honorato C, gerente general, NEORIS en Chile
Ya no hay dudas que la coyuntura actual provocó un cambio. El contexto pospandemia gira alrededor de discusiones sobre el teletrabajo, la efectividad o saturación de videollamadas, la urgente digitalización de procesos y actividades.
En ese contexto, los líderes de las compañías se han transformado casi por la fuerza, en verdaderos capitanes de navegación bajo condiciones de tormenta nunca antes vistas. Si bien el fin de esta odisea aún es incierto, es muy posible que ya no volvamos a habitar los calmos mares que conocíamos años atrás.
Por otro lado, la pandemia alumbró como nunca antes las miradas de las nuevas generaciones sobre sus carreras, vidas e intereses laborales, impulsando a considerar otras variables en la relación entre sociedad y mercado profesional. Diferentes formas de relacionamiento han generado a su vez conexiones más profundas y, paradójicamente, la distancia nos dio la oportunidad a todos de acercarnos aún más, inclusive con personas con quienes no habíamos tenido contacto fluido en las condiciones que conocíamos previamente.
Ante este panorama, las empresas deben reflexionar sobre la toma de decisiones y el nuevo paradigma laboral. Es importante pensar alternativas que estimulen los espacios de intercambio, creatividad e innovación, al mismo tiempo que se debe construir una cultura flexible y equilibrada que pondere tanto el trabajo como la vida personal.
Poder contar con un liderazgo capacitado para el acompañamiento y la escucha se ha convertido tanto en un horizonte deseable como en una necesidad. Esos líderes no sólo deben ser permeables a inquietudes y aportes que los colaboradores tengan para sumar a un clima más armonioso, sino que deben motivar a la iniciativa del equipo en general, en pos del crecimiento y el bienestar común.
La tecnología puede ser un aliado clave en este escenario. Existen aplicaciones para agilizar procesos y dar mayores herramientas a los colaboradores, facilitando la gestión de equipos a distancia y ayudando al líder a generar retroalimentación en tiempo real con todos los empleados de una compañía, fomentando con esto la innovación y el desarrollo del personal. Con este tipo de soluciones, ya disponibles, el líder identifica a aquellos colaboradores que tienen mayor influencia dentro de la compañía, mejora la resiliencia de la red y concentra las actividades de seguimiento en gente aislada para incluirlas más en la red.
Quizás la distancia no haya sido otra cosa que la oportunidad de ampliar y mejorar la perspectiva que permite leer la estrategia y su aplicación táctica hacia los hechos. En cierto punto, las nuevas tecnologías nos han acercado de forma más íntima y la inteligencia emocional se ha transformado en una habilidad que permite destacar a líderes más humanos y que entienden a mayor escala el comportamiento de las personas.