Por: Expansión
Los Millennials llevan ya unos cuantos años en este mundo, cambiando, entre otras cosas, el escenario laboral y la vida de las empresas. Muchos han llegado a cierta edad, y alguno de ellos ya es jefe, y manda, para disgusto de los miembros de otras generaciones que inevitablemente han de convivir en las empresas.
Quizá aquellos a los que les cuesta adaptarse a la vida laboral con profesionales de la Generación Y tengan una dificultad añadida: aceptar que un Millennial sea su superior. No queda más remedio que acostumbrarse… O irse.
The Muse, la plataforma de empleo considerada como la más eficaz para aquellos que viven los primeros 10 o 15 años de carrera, ha analizado cómo son los mandos de la Generación Y: cómo administran, qué valoran y cómo planean dar forma al futuro de los negocios; cuáles son sus prioridades, o las culturas de trabajo que generan.
Según la investigación de la plataforma fundada por Alex Cavoulacos y Kathryn Minshew, el 61% de los jefes Millennial asegura no tener miedo a mandar sobre empleados mayores que ellos. Así, a quien le cueste asimilar la circunstancia de tener un jefe más joven, debería pensar en aceptarlo. Esta situación se hace más frecuente en un escenario profesional en el que la edad ya no es un elemento que defina la jerarquía organizativa, y en el que existen otros requisitos asociados a las capacidades.
La idea es que tener un jefe más joven es algo que termina pasándole a casi todo el mundo. Básicamente, es cuestión de tiempo. Esto hay que verlo como algo natural, aunque nos genere dudas acerca de nuestra progresión de carrera o sobre nuestro momento profesional.
Los expertos creen que el empleado mayor y el jefe joven son responsables a partes iguales de que funcione la relación laboral dentro de la organización. El superior de menos edad no puede tirar sólo de autoridad, y la experiencia de sus empleados mayores nunca debe ser considerada como una amenaza, porque lo lógico es que sea un factor enriquecedor.
Según la investigación de The Muse, los miembros de la Generación Y que llegan a ser mandos creen que una clave para la convivencia profesional entre generaciones es contratar con cuidado para que los miembros del equipo estén alineados, y que haya consideración mutua.
Mostrar siempre un respeto por los colaboradores de mayor edad es una máxima que los expertos recomiendan seguir, sabiendo que hay una brecha de la que nadie es culpable.
En aras de la convivencia entre generaciones, lo importante es valorar la contribución real del jefe, independientemente de cuántos años tenga. Uno debe percibir que su superior aporta valores diferenciales que él no tiene, más allá de la juventud.
A esto se añade la necesidad de valorar el saber acumulado de Boomers o X: por eso se les contrata. Y escuchar sus puntos de vista y sugerencias, aunque no siempre sean viables.
La investigación asegura que el 38% de los mandos que pertenece a la Generación Y se muestra dispuesto a aprender de los profesionales que les superan en edad; y un 35% revela que se relaciona con sus subordinados mayores como si fueran iguales.
No son porcentajes muy elevados si se tiene en cuenta que, a estas alturas, muy pocos dudan ya de que es necesario que un jefe joven debe respetar la experiencia de los sénior. Aquí la clave está en implicar al empleado con experiencia, pidiéndole opinión sin que parezca que el más joven no sabe.
El profesional de mayor edad que deba convivir con un superior más junior debería tratar de ayudar a éste a ser mejor jefe, como si fuera una especie de mentoring.
Hay que tener en cuenta además que aprender de los mayores, siendo su jefe, es un rasgo de humildad e inteligencia.La arrogancia que pueda mostrar un superior Millennial es un camino hacia el fracaso a largo plazo.
La investigación de The Muse deja además algunas conclusiones de miembros de la Generación Y que se lamentan de “no haber mostrado humildad y no delegar correctamente”. Creen que es necesario aprovechar el talento de las personas capacitadas en el equipo y comunicarse abiertamente con ellas. Entre los jefes Millennial encuestados se recoge la idea de que “un líder exitoso es alguien que obtiene lo mejor de su equipo, no uno que moldea a otros en su estilo. Todo buen mando quiere capacitar a su equipo para que tenga éxito; debe enseñar a sus empleados y, por muy perfeccionista que sea, ha de permitir a su equipo cometer errores”.
El estudio añade otra conclusión a la que llegan los jefes Millennial encuestados: “Hay que profundizar en los problemas y usar una comunicación efectiva, porque ésta puede resolver la mayoría de dificultades antes de que estallen”.
Por lo que se refiere a la comunicación, otra sugerencia para lograr la convivencia intergeneracional es adaptarse a los diferentes estilos en la comunicación, evitando jergas y tecnicismos que puedan suponer un factor irritante. Hablar adaptando el punto de vista del otro, teniendo en cuenta que cada edad del ser humano implica una concepción peculiar de la realidad, también en el mundo empresarial.
Con carácter general, el estudio de The Muse muestra que los jefes Millennial no están precisamente impresionados por los líderes empresariales de mayor edad, sobre todo por los déficit de diversidad (racial, de género y de conciliación) que se dan en las compañías.