Por: Vicente Vera V., Diario Financiero
Los bancos digitales son un actor más del mercado financiero en varios países del mundo. Incluso, no existe la necesidad de ir a Estados Unidos o a Europa para encontrarse con este tipo de entidades que operan 100% de forma virtual, ya que en Argentina, México, Brasil y próximamente Colombia, son algunos de los países de la región donde ya existen.
Estas compañías han nacido al alero del desarrollo de firmas de tecnología financiera que han irrumpido en un sistema dominado por actores tradicionales. Entre sus características está que operan completamente de forma digital, no existen sucursales y mucho menos una casa matriz. La similitud que tienen con un banco tradicional es que captan depósitos y otorgan créditos pero de una manera mucho más eficiente.
Con este escenario, una estudio dado a conocer por Accenture a comienzos de mes, reveló que los bancos digitales que operan en el Reino Unido -cuna del desarrollo FinTech a nivel mundial- podrían sumar un total de 35 millones de clientes en todo el mundo en los próximos 12 meses, en comparación con los 13 millones actuales. Solo en el primer semestre de 2019, cinco millones de personas abrieron una cuenta con un banco digital.
La consultora internacional indicó que los bancos digitales están acelerando la captación de clientes con una tasa de crecimiento actual de un 170%.
A modo de ejemplo, el estudio retrató que si un banco tradicional de Gran Bretaña tiene un costo operacional de un cliente cercano a US$ 210, los digitales oscilan entre los US$ 24 y US$ 62.
No obstante, el managing director de Accenture Strategy, Tom Merry, señaló que “si bien los bancos digitales son populares, todavía no son universalmente rentables y la captación de clientes por sí sola no garantiza el éxito a largo plazo o la agilidad competitiva. Estos bancos evidentemente muestran una gran promesa. Han sido un catalizador para un cambio positivo en la banca, pero hay problemas más profundos que deben abordarse a medida que escalan “.
El ejecutivo apuntó que los desafíos centrales para los bancos digitales están “en términos de escala de balance y financiamiento, gestión de riesgos y cumplimiento arrojan algunas dudas sobre si la conveniencia, la experiencia del cliente y las ventajas de costo de los bancos digitales son suficientes para garantizar el éxito a largo plazo. Queda por ver si habrá una revisión radical de la industria bancaria como resultado de estos nuevos participantes, o simplemente una continua evolución”.
El documento pone la atención además los bancos tradicionales están invirtiendo fuertemente sus áreas digital para proporcionar una mejor experiencia a los clientes, con un enfoque inicial en la transformación de su infraestructura existente, y varios están lanzando sus propios nuevos bancos digitales.
Un ejemplo de ello en la región es Santander, que en los próximos meses espera el arribo de OpenBank, su compañía 100% virtual que llegará a algunos de los mercados de América Latina. Chile por el momento está descartado según indicó en abril el presidente del banco en el país, Claudio Melandri.
En América Latina el desarrollo de bancos digitales se ha concentrado especialmente en Argentina y Brasil. En el país trasandino existen al menos cinco iniciativas operando o en proceso de desarrollo. Mientras que en Brasil, se encuentra Nubank, que en menos de cinco años se convirtió en uno de los principales emisores de tarjetas de crédito del gigante sudamericano.
Lo más similar a un banco digital en Chile es OmniBnk que ofrece soluciones financieras a pequeñas y medianas empresas.