Esta técnica busca que las personas escaneen QR maliciosos, los que son distribuidos en lugares públicos, carteles, pegatinas, sitios web o incluso a través del correo electrónico, y apuntan al robo de datos personales y corporativos.
El documento establece directrices para investigaciones de acoso sexual, laboral y violencia laboral, y ya puede ser utilizado formalmente por las empresas.