Por: Paula Vargas, Diario Financiero
“Desde hace algún tiempo estamos recibiendo llamados de connotados socios y socias abiertos a considerar nuevas alternativas laborales”, cuenta Matías Ortúzar, director de Ortúzar Consulting (OC), firma de reclutamiento de abogados que justamente el año pasado decidió ampliar su ámbito de acción y crear un área específica de fusiones de estudios legales, dentro de la cual se abocan a la movilidad en ese nivel.
Ortúzar cuenta que este fenómeno ha evolucionado de forma “abrupta”.
“Hace unos diez años era impensado que un socio pudiera considerar un cambio de trabajo”, enfatiza. Asegura que el motivo tiene que ver con una mayor madurez del mercado, potenciado por la pandemia, donde -de acuerdo a su experiencia- muchos abogados se cuestionaron y replantearon si eran verdaderamente felices en el lugar que trabajaban, o simplemente llevaban unos años cómodos y querían aventurarse a explorar otras alternativas.
Michel Diban, Andrea Abascal, y más recientemente Gonzalo Fernández, son algunos de los profesionales que han emprendido otros rumbos.
Otro aspecto que también ha llevado a esta mayor movilidad -dice- es el
choque entre las expectativas creadas y la realidad. A juicio de Ortúzar, las culturas y estilos arraigados en un estudio legal no se pueden, o son muy difíciles, de cambiar. “A veces los estudios no tienen un rumbo claro o se dirigen en direcciones opuestas a las pretendidas por algunos de los socios”, explica.
También está el
factor “remuneraciones”, donde la compensación no se ajusta a lo esperado, participando de las utilidades de manera marginal. Relacionado a ello, la competencia que hay entre los estudios para captar clientes se ha vuelto cada vez más intensa, lo que a juicio de Ortuzar está llevando a las oficinas legales a exigir a los socios mayor capacidad de venta para captar “nuevos y buenos clientes” y así aspirar a mejorar su renta y/o retiro de utilidades.
“Frente a esta situación, algunos se dan cuenta que deben invertir mucho para mantener la calidad de socios en un determinado estudio, en el que finalmente se llevan solo una parte de todo ese esfuerzo sin tener, además, voz y voto determinantes porque los socios principales terminan tomando las decisiones. Entonces visualizan que,
a la larga, es más conveniente armar su propio estudio o unirse a otro equipo donde puedan tener el mismo poder de decisión que sus pares y donde la facturación los beneficie más directamente”, detalla.
Perfiles demandados
Pero la demanda que ha visto la consultora no solo refleja la inquietud de los socios, sino que la de los propios
estudios jurídicos que están abiertos a incorporar a este perfil profesional para iniciar nuevas áreas de práctica o potenciar las ya existentes, comenta la directora de fusiones de OC, Maureen Ravilet.
“Para el estudio contratante esta opción es atractiva, porque quien ya es socio en otro despacho cuenta con cierto conocimiento en cuanto a requerimientos propios del cargo, tales como: manejo de equipos interdisciplinarios, capacidad de venta, fidelización de clientes, etc.”, explica Ravilet.
Sobre los casos específicos que les ha tocado llevar en OC, comenta que los procesos son mayormente encargados por estudios multiservicios medianos y grandes, e incluso algunas boutiques, en las prácticas corporativa, tributaria, financiera y de energía, principalmente. “El mandato no sólo se concentra en abogados con seniority, sino también en abogados recientemente nombrados socios, con y sin cartera de clientes”, precisa.
Sobre movimientos específicos del mercado, destacaron algunos de los más representativos del último tiempo como, por ejemplo, la llegada de
Andrea Abascal (exsocia de Jara del Favero) como socia a Bofill Mir; Marcelo Armas (exsocio de PPU) como secretario general de la red internacional Affinitas, y Michel Diban (exsocio de Morales & Besa) que aterrizó como socio en Cuatrecasas. Mientras, esta misma semana Carey informó de la decisión de su socio, Gonzalo Fernández, de independizarse.
Asimismo, en otra dimensión, destacaron el fichaje de Nicolás Lustig (exvicepresidente legal y de desarrollo de BHP) como socio de Cariola Diez Pérez-Cotapos, lo que evidencia que se trata de un fenómeno que también alcanza a las gerencias legales.
“Vemos casos en que los abogados, luego de hacer una carrera in-house, se dan cuenta que dicho cargo no es el cúlmine de sus carreras”, complementa Ravilet. En ese sentido, añade que si bien la tendencia hoy es que los gerentes legales crezcan ‘hacia el lado’, tomando cargos que complementan lo legal como sostenibilidad, asuntos corporativos, compliance o data privacy, otros se han atrevido a cruzar fronteras asumiendo ámbitos fuera de lo legal como recursos humanos o incluso, gerencias generales. “Así como también hemos visto casos de abogados in-house que vuelven o se integran como socios de estudio”, concluye.