La historia de Bureo, la startup chilena que colabora con Patagonia

 

Por Valentina Llompart, Diario Financiero.

La palabra “bureo” significa olas en mapudungun. Ese fue el nombre que en 2013 los ingenieros estadounidenses Ben Kneppers, David Stover y Kevin Ahearn, eligieron para crear una startup que aportara a la descontaminación del océano, al dar una nueva vida a las redes de pesca en desuso.

Bureo es la única empresa nacional que colabora con la marca de vestimenta outdoor sustentable Patagonia, ligada a la conservacionista estadounidense Kristine Tompkins. Con ellos desarrollaron NetPlus, un material textil elaborado con redes de pesca, y que utilizan para crear parkas, shorts y viceras de jockeys de la marca.

Kneppers cuenta que los tres fundadores de Bureo se conocieron en Australia, tenían una pasión en común: el mar. “Empecé a pensar qué tan posible era que pudiéramos combinar nuestras habilidades laborales con el océano. Nos atraía mucho esa idea, pero no sabíamos por dónde partir”, explica.

El tiempo pasó, y Kneppers llegó a Chile en 2012 en el marco de un proyecto que él había encabezado en Australia sobre la industria pesquera, y que la Fundación Chile quería replicar en el cono sur de la región.

“En paralelo, comencé a conversar con David y Kevin, ya que estaba la oportunidad de que tuviéramos el apoyo de Start-Up Chile (de Corfo) para desarrollar un proyecto con foco en el océano, y ahí surgió la idea de abordar el problema del plástico. Las redes son uno de los desechos más dañinos para el mar y que está más presente”, cuenta.

Así, un año después crearon Bureo en la ciudad de Concepción en la Región del Biobío, una de las zonas del país que cuenta con mayor actividad pesquera. La startup también tiene operaciones en Argentina, Perú, Ecuador, México y EEUU.

Además de Patagonia, la startup trabaja con más de 20 marcas, a quienes exporta redes de pesca trituradas -su producto final-, para que sean transformadas y utilizadas en artículos que incluyen lentes de sol, juegos de mesa, repuestos para las tablas de surf, viseras de jockeys y botellas de agua.

El proceso

Bureo obtiene las redes de pesca a través de alianzas con pescadores locales en las costas de Sudamérica, a quienes compra las redes que dan de baja, y las grandes compañías pesqueras les donan estos desechos.

En el caso de las donaciones, Bureo destina el dinero que hubiese gastado en esa adquisición para financiar proyectos comunitarios vinculados a la protección del océano y la tierra. Por ejemplo, en las comunas de Talcahuano y Coronel en Concepción, instalaron paneles solares en un albergue y una escuela, respectivamente.

La startup realiza una serie de procesos en su cadena productiva con maquinarias de diseño propio. Cuando reciben las redes en las plantas que tienen en Concepción y en la ciudad de Lima en Perú, cada cargamento se etiqueta para identificar dónde fue obtenido, cuánto pesa y en qué fecha se recibió.

Esta trazabilidad se lleva durante toda la cadena productiva, de manera que las marcas con las que trabajan incluyan la información sobre su origen.

Posteriormente, las redes son revisadas en detalle y se lavan en una máquina, la cual reutiliza hasta cuatro veces el agua. Luego, este material pasa por un proceso de secado al aire libre y en interiores con ventiladores, donde chequean su índice de humedad. Una vez secas, pasan a la etapa final y se trituran en otra máquina. Este es el material que se exporta para su transformación en un producto similar a pellets plásticos, que utilizan las compañías con las que trabajan como materia prima.

En el caso de NetPlus, el material que crearon con Patagonia, lo elaboran directamente de las redes en desuso, el que se transforma en un hilado. “Nos tomó siete años llegar a este desarrollo”, afirma Kneppers.

En comparación al proceso para crear pellets con plástico virgen, los que están hechos de redes requieren un 70% menos de agua y tienen 20% menos de huella de carbono.

Planes

A la fecha, Bureo ha rescatado más de 3 mil toneladas de redes de pesca en desuso en todos los países en donde opera.

Durante este primer semestrede 2023, la startup aterrizará en Panamá, su séptimo mercado, y a mediano plazo buscarán expandirse a los continentes asiático y africano.

Kneppers cuenta que este año también tienen entre sus planes financiar una serie de proyectos comunitarios, que incluyen la protección de manglares y arrecifes de corales -una de las fuentes de captura de carbono más grandes en el mundo- en Ecuador, e iniciativas de agua potable para comunidades rurales en Chile.

Además, adelanta que en la planta de Concepción, “instalaremos este año paneles solares, para que opere el 100% con energía limpia. Queremos convertirnos en una empresa que emita la menor huella de carbono posible”.