Por Valentina Llompart, Diario Financiero.
Una de las principales industrias donde el Hidrógeno Verde (H2V) cuenta con mayores oportunidades para su aplicación, es en la minería. En esa línea, la Corporación Alta Ley y el Clúster Minero Andino Sammi (Perú) lanzaron el “Primer Roadmap Binacional para la implementación del Hidrógeno Verde en la Minería”, documento donde proyectan que el uso del H2V en el sector a 2030, permitirá disminuir en un 15% sus emisiones.
El objetivo de esta hoja de ruta, recientemente anunciada en un webinar, es servir como eje estructurante de la futura incorporación del H2V en la minería de ambos países y facilitar el encadenamiento productivo necesario para la utilización de energías renovables.
“Tenemos una oportunidad importante, ya que tanto el norte de Chile como el sur de Perú, cuentan con las mejores condiciones mundiales para el desarrollo de las aplicaciones del H2V, dada la alta radiación solar y la actividad minera que se concentra en esa zona”, dijo Elena Moreno, gerenta de proyectos de Corporación Alta Ley, durante la presentación.
El documento señala que el H2V puede aportar principalmente a la descarbonización de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) correspondientes a los alcances 1 -controladas por las empresa- y 3 -aquellas que no son de propiedad ni están controladas por la compañía- que sumadas concentran el 70% de las emisiones totales de la minería del cobre.
Guillermo Olivares, líder de proyectos mineros en Alta Ley, explicó a DF que el H2V puede mitigar las emisiones del alcance 1 en la movilidad minera y como fuente de calor, y en las de alcance 3, puede usarse como insumo químico y en el transporte marítimo y terrestre.
A través de las estimaciones realizadas en la hoja de ruta, la incorporación del H2V permitiría reducir a 2030 estas emisiones en 5 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) equivalente de un total estimado de 34,4 millones de toneladas de CO2 equivalente, lo que corresponde a un 15% del total proyectado.
Para llegar a este cálculo, Olivares señaló que se consideraron aspectos “como la demanda de H2V que Chile tendrá a 2030, sus posibles aplicaciones, la inversión en tecnologías como electrolizadores, la tasa de penetración que tendrá en la industria y sus usos”.
Competitividad
Olivares, dijo que el aporte del H2V en reducir emisiones se explica ya que “este compuesto va a resolver solo una parte del problema, y hay que considerar que va a estar compitiendo con otras tecnologías, como las aplicaciones electrificables”.
En esa línea, la posibilidad de hacer competitiva la oferta de productos o insumos en H2V “también tiene un desafío desde el punto de vista de la competitividad en costo. Hoy, no necesariamente el hidrógeno ofrece un costo tan atractivo o competitivo respecto a las tecnologías actuales, y es relevante considerar que aún le falta mucha madurez tecnológica”.