Por: Renato Olmos, Diario Financiero.
No son días fáciles para las startups tecnológicas. Tras dos años de encierro por pandemia con alto consumo, levantamientos de capital millonarios y crecimientos acelerados, el ecosistema de emprendimientos tech parece atravesar una turbulencia.
En el mundo, la plataforma especializada Layoffs, publica que en 2022 las startups han despedido a 72 mil trabajadores a la fecha. Entre ellas, Groupon, Zendesk y Robinhood, desvincularon personal durante agosto.
Actores del ecosistema descartan que despidos y correcciones de las startups tecnológicas se deban al estallido de la burbuja de las tech.
A eso se suma el complejo contexto económico internacional y los problemas para acceder a capital. En mayo pasado, la aceleradora estadounidense, Y Combinator, advertía en una carta a los fundadores de las startups de su portafolio que “las cosas no se ven bien” y que “el movimiento seguro es prepararse para lo peor”.
En Chile la situación no dista mucho del escenario mundial. Los unicornios Betterfly y NotCo desvincularon 42 y 32 trabajadores, respectivamente, en agosto.
NotCo, foodtech de alimentos vegetales, que lidera Matías Muchnick señaló a DF Lab que las desvinculaciones respondían al “complejo escenario económico internacional”, haciendo énfasis en que “no estamos ajenos a la inflación, tipos de cambio, tasas récord que han fijado los bancos centrales, escasez de materia prima, temor del mercado de venture capital a las crecientes complejidades de la cadena de suministro”.
Desde Betterfly - plataforma de beneficios laborales y seguros- argumentaron que este episodio responde a una reestructuración de distintas áreas, y que se trata de “algo natural en las startups”, contaron a DF Más.
Pero estos episodios no son solo cosa de unicornios. La fintech Migrante, que entrega créditos a extranjeros que llegan a vivir a Chile, desvinculó a 70 trabajadores en junio pasado. El gerente general de la fintech, Sebastián Parot, comenta que el sector tecnológico a nivel global enfrenta una crisis debido al deterioro económico general y “dado ese contexto decidimos enfocarnos en los productos de mayor impacto social y en nuestra expansión regional, escalando la venta en Chile y Perú”, afirma.
Corrección y ajuste
¿A qué se deben estos reajustes en la industria? Para el gerente general de Socialab, Tadashi Takaoka, la crisis actual conlleva una serie de efectos en dominó. El principal, es que la gente cuenta con menos dinero para gastar, por ende hay menos consumo en productos innovadores generando un menor retorno a los inversionistas que aportaron recursos a startups.
Takaoka afirma que se observa un escenario en que inversores comienzan a apostar por cosas que ya conocen y están probadas, por sobre las ideas más novedosas y disruptivas, minimizando las posibilidades de levantar capital, “lo que representa un problema para las startup tech debido a la velocidad con la que deben mostrar resultados”, afirma.
Otro desafío es la capacidad de las firmas tech para retener el talento mediante incentivos y en un contexto en que los trabajadores prefieren seguir en modalidad remota.
Una mirada similar tiene la gerenta de selección de Endeavor Chile, Mariana Poblete, quien dice que las startups tecnológicas se “están ajustando a la realidad de hoy, con una posible recesión y menos liquidez”.
Señala que estos emprendimientos están atravesando un proceso de “corrección” en sus presupuestos y costos, procurando cómo seguir creciendo, pero de manera más “aterrizada” en un escenario de incertidumbre.
Para la ejecutiva, siguen existiendo espacios para recibir capital de inversionistas, pero “las exigencias son mayores y están priorizando mejor sus fichas”.
Por otro lado, el managing partner de Alaya Capital, Claudio Barahona, explica que los problemas que aquejan hoy a estas startups son los mismos para las empresas tradicionales.
“Suena obvio, pero es importante recalcar que la recesión económica y alta inflación afecta a todos”, dice, subrayando que el hecho de cómo se ha regularizado el flujo de capital tras la pandemia, llevando a un escenario de moderación en el crecimiento de las startups.
“Al tener menos capital para levantar, significa que hay que crecer a una velocidad más moderada y no a una hiper velocidad, entonces hay que sacar el pie del acelerador y reservar el combustible”, comenta Barahona.
¿Reventó la burbuja?
Algunos analistas afirman que los despidos recientes en las startups responden al estallido de la burbuja de la industria tech -similar a lo que ocurrió a comienzos de los 2000 con las puntocom- algo que los expertos consultados, descartan.
Para Barahona este escenario no es tal, pues “no vas a dejar de usar la tecnología, no vas a consumir menos”, más bien, dice, que “entró muchísimo dinero antes y durante la pandemia, parecido al boom del consumo local con los retiros de las AFP e IFE universal y ahora vemos el frenazo normal”.
Poblete de Endeavor, en tanto, descarta de lleno esta hipótesis y afirma que el financiamiento que obtuvieroan estas startups reponde al alto valor que generaron y a que “tenían respaldo” y sostiene que estos despidos “son el ajuste a la realidad del contexto mundial”.
Takaoka de Socialab, afirma que si bien pueden haber condiciones para que el mercado haya estado valorizando los proyectos más de la cuenta, “en Chile estas valorizaciones sí tienen un sustento, por lo tanto veo difícil una burbuja, pero sí una ralentización”, dice.
“No es la hecatombe”
Si bien los recientes despidos en los unicornios y startups chilenas han captado la atención del ecosistema, los expertos llaman a la calma y afirman que no se trataría de una situación que llevaría a una gran crisis de la industria.
Poblete asegura que se debe más bien a la “acumulación” de eventos a nivel mundial tras la pandemia, como problemas logísticos, subida de costos, la guerra en Ucrania, sumado al factor económico.
En una línea similar, Takaoka sostiene que no es algo “masivo”. “Los casos más bullados como Betterfly y NotCo siempre van a acaparar noticias, pero son los movimientos propios de un momento como éste”, afirma, agregando que “no es la hecatombe”.
Mientras que Barahona explica que se trata de un proceso que se está viendo en todo el mundo tech, en el que hay menos capital disponible para recibir y, por lo tanto, los ajustes son la “norma”, restándole el síntoma de preocupación al escenario.
“Creo que podríamos hablar de algo preocupante cuando veamos en noticias que una startup despida al 40% del personal. Cuando vemos desvinculaciones por el 3% o 5% diría que están muy en la norma”, sostiene Barahona.