Por: Por Mauricio Blanco, Director Ejecutivo de Accenture Chile
Las ventas del comercio electrónico se han disparado durante la pandemia y seguirán creciendo en los próximos años. En este contexto, las marcas tienen la oportunidad de crear nuevas fuentes de ingresos, atraer clientes y capturar todo el potencial de un mercado proyectado por un valor de casi $5 trillones para este 2021. Hacia el año 2030, se espera que el e-commerce triplique ese valor. Los retailers que capturarán esta oportunidad serán los que puedan anticiparse a tres tendencias que transformarán el comercio electrónico en los próximos años.
La primera es el ReCommerce. Se trata de fomentar la reutilización, para responder a las demandas de las personas de mayor sustentabilidad por parte de las marcas. El ReCommerce permite dar más fuerza al impulso de la economía circular entre las empresas. Un ejemplo es la ropa usada. De acuerdo con Globaldata, se espera que las ventas de ropa nueva caigan un 4% hasta el año 2024, mientras que la reventa casi se quintuplicará. La compra usada extiende la vida útil de una prenda en aproximadamente dos años, lo que reduce su huella combinada de carbono, desechos y agua en un 82%. Hoy en día, menos de un 1% de los materiales usados en la confección de ropa son reciclados, lo que representa una pérdida de $500 mil millones anuales para la industria de la moda.
El ReCommerce ha sido empujado principalmente por los millennials y la generación Z y hoy es valorado en aproximadamente US$ 24 mil millones, mientras se espera que alcance los US$ 51 mil millones para 2023.
La segunda tendencia es el Live Streaming. Combinando entretenimiento con compras instantáneas, el comercio en vivo ofrece a los minoristas, marcas y plataformas digitales un nuevo canal con un enorme alcance para la creación de valor. En las compras en vivo los anfitriones (generalmente celebridades o personas influyentes en las redes sociales) demuestran un producto y responden preguntas de una audiencia digital en tiempo real. A las personas les gusta este método de compra porque es más social e interactivo, y pueden comprender mejor un producto.
Si se hace bien, el comercio en vivo aumenta el atractivo y el carácter distintivo de una marca y atrae tráfico web adicional. Puede fortalecer el posicionamiento entre los clientes existentes y atraer a otros nuevos, especialmente a los jóvenes interesados en formatos y experiencias de compra innovadores. Algunas empresas están viendo aumentar su porcentaje de audiencias más jóvenes hasta en un 20% a través del live streaming.
La tercera tendencia es el Social Commerce. Se trata de un cambio cultural en la forma de hacer compras y es impulsado por interacciones sociales entre amigos y familiares. Puede incluir compartir descuentos, juegos u otro contenido para mejorar la experiencia de compra. Es una de las tendencias que más volumen de negocio está empujando hoy en día, donde solo en China representa casi un 12% de las ventas y sobrepasa los US$ 400 mil millones. Esto se sustenta en que cuando amigos y familiares comparten tiendas o productos de social e-commerce, los clientes se inclinan más a confiar en sus recomendaciones y realizar una compra (92% sobre publicidad), acortando el customer journey.
Así como todos sabemos, la pandemia generó importantes cambios en la forma que consumimos y seguirán surgiendo más transformaciones. Las empresas que visualicen estas tendencias y se adelanten en su adopción, tendrán la primera opción en capturar el interés del consumidor y con ello mantenerse competitivas en el mercado post pandemia.