Por: Vicente Vera V., Diario Financiero
A fines de febrero, Francisco Larraín cruzó desde el segundo piso de La Moneda -donde se desempeñaba como asesor del Presidente Sebastián Piñera- hacia Teatinos 120 para instalarse como coordinador de Mercado de Capitales del Ministerio de Hacienda. El funcionario aborda con DF los desafíos de su área para los próximos seis meses.
Su hoja de ruta tiene como principal prioridad sacar adelante la Ley FinTech del Congreso. Espera que la iniciativa pase al Senado en un mes y medio, para poder ser despachada antes del cambio de administración, en marzo de 2022.
Después de dos años y medio de su anuncio, a inicios de septiembre el gobierno ingresó el proyecto de Ley FinTech, que, si bien ha sido valorado por todos los actores del sector, también ha recibido críticas respecto a la falta de un marco regulatorio de ciberseguridad y mayor protección de datos.
“La ley de Innovación Financiera no es la herramienta para resolver todos los problemas del sistema financiero. No queremos que la ley sea el receptorio de todas las críticas y mejoras que se puedan hacer al sistema financiero. Lo que queremos, porque la ley ya es muy grande y ambiciosa, es avanzar en el Congreso”.
– Una de las críticas de la banca es la falta de simetría regulatoria en el proyecto.
– La ley disminuye la asimetría regulatoria. Las FinTech que no se han puesto los trajes tradicionales del mercado financiero estaban desreguladas. El proyecto las incorpora al perímetro de la CMF y les exige niveles de capital. La situación queda en manos de la CMF y ellos definirán cuál es el estándar regulatorio. Obviamente, a una FinTech pequeña, nueva y que es un emprendimiento, será muy distinto a la de un banco y es razonable que sea así.
– ¿Es posible un sistema de finanzas abiertas sin una ley de ciberseguridad y de protección de datos?
– La ley se diseñó de manera autocontenida y funciona. Se le entregó a la CMF la responsabilidad de generar los estándares para que el traspaso de información sea seguro. También, hoy la CMF tiene atribuciones de ciberseguridad y en esta ley la estamos profundizando.
Esto no implica que no creamos que obviamente debe haber una legislación moderna con estándares europeos y una agencia de protección de datos independiente que sea algo que potencie el desarrollo de la economía digital.
– ¿El esquema de finanzas abiertas reemplazará al sistema de deuda consolidada?
– No lo reemplaza, son iniciativas que se complementan. Desde el punto de vista de la supervisión, el registro de deuda consolidada sigue siendo una política importante porque permite al regulador conocer y ver esa información a nivel de personas.
– ¿Por qué no se avanzó en una mayor regulación de las criptomonedas?
– Nosotros no vamos a ser el país del mundo que va a solucionar todos los aspectos regulatorios de las criptomonedas y es razonable que así sea porque es un mercado que está en desarrollo. Hay aspectos de incertidumbre que existen y se mantendrán, pero sí vamos a corregir algunas que son aspectos importantes.
– ¿Cómo cree que se desarrollará el mercado tras la Ley FinTech?
– La competencia va a ser fuerte y va a venir, ya sea por la colaboración entre las FinTech y los bancos, o por la misma competencia que harán las FinTech que por fuera disputarán parte del negocio a las instituciones financieras tradicionales.
– ¿Ve espacio para que Chile se convierta en un hub FinTech de la región?
– El potencial FinTech de Chile es muy grande porque hay un mercado financiero desarrollado y profundo. Además, existe una cultura emprendedora muy fuerte. Esa combinación le da un potencial para que Chile sea un centro FinTech.
– ¿Podrán llegar más inversionistas?
– Nuestro objetivo es que lleguen más inversiones a Chile. Con el proyecto estamos reduciendo la incertidumbre para que existan parámetros claros. Para las FinTech será más fácil decirles a sus clientes, inversionistas y acreedores que son empresas reguladas, eso facilitará y aumentará la inversión.
– ¿Cómo ha visto el comportamiento del mercado durante la crisis sanitaria?
– Por el lado bueno se destaca la implementación del Fogape que permitió que el crédito comercial creciera durante la pandemia. Eso no es normal, porque en las crisis económicas el crédito se contrae y en esta oportunidad creció de manera muy relevante.
También es positivo que haya bajado la morosidad entre las personas en un período de crisis. Es una buena señal y habla muy bien de la responsabilidad de los chilenos, pero hay que ser sincero y parte de esa disminución se explica por la liquidez que existe debido a los retiros.
– ¿Y lo malo?
– Los retiros. Sacar US$ 50 mil millones tiene un efecto en la tasa de interés de largo plazo y se ha visto en los créditos hipotecarios de cómo ha ido aumentando la tasa y eso tiene un impacto directo a las personas.