Por: M. Ayala, Diario Financiero
Los innovadores chilenos son los más cuestionadores de la región, están abiertos a nuevas experiencias, son creativos y curiosos. Sin embargo, se quedan atrás en capacidad de observación y en amabilidad.
Esta son unas de las principales conclusiones del estudio Innoprofile, realizado por la consultora Transforme en colaboración con el Centro de Innovación de la UC Anacleto Angelini y la Alianza para el Emprendimiento e Innovación de Ecuador y Panamá, que caracterizó a personas que conforman los equipos de innovación en Latinoamérica.
El estudio, que incluyó a 430 personas -177 chilenas- que trabajan en distintas áreas de innovación empresarial en 10 países de la región, midió las habilidades cognitivas y rasgos de personalidad a través de un test de la plataforma de Genomawork.
Rocío Pérez, gerenta de estudios de Transforme, comenta que en la evaluación, los connacionales mostraron el mayor promedio a la hora de cuestionar, con 73,6 puntos en el coeficiente de innovación, sumado a los altos índices que mostraron por su curiosidad (80), creatividad (84,1) y abrirse a nuevas experiencias (84,1), lo que puede estar influenciado por los acontecimientos del país.
“Creemos que ser los más críticos se debe a los efectos de una crisis social y luego de una pandemia. Los otras características que se derivan, se relacionan bastante con el desarrollo de la capacidad crítica”, indica Pérez.
El estudio también concluyó que en comparación a otras naciones, los chilenos presentan bajos índices en las esferas de observación y amabilidad, con un coeficiente de 52,8 y 44,6 respectivamente.
Un resultado que Peréz atribuye a una falta de conexión entre idea y problema. “Muchas veces las ideas de los innovadores no son las más adecuadas para algunos problemas, pero estos se enamoran mucho de la solución, dejando de lado al cliente, lo que se traduciría en esa poca amabilidad”, explica.