Por: Valentina Mora, Diario Financiero
El acceso al agua segura afecta principalmente a países vulnerables. No obstante, el constante crecimiento de la población, la contaminación y el cambio climático, han propiciado que se transforme en problema a escala global.
En 2013 el investigador y fundador de Advanced Innovation Center AIC Chile, Alfredo Zolezzi, visualizó este escenario y comenzó a desarrollar su Plasma Water Sanitation System (PWSS), una tecnología que es capaz de transformar el agua contaminada en agua segura.
A la fecha, la innovación está en Chile, Kenia e India -ayudando a solucionar problemas asociados a virus y bacterias en el agua- bajo un modelo de alianzas con empresas- como AB InBev, Airbus y está ad portas de partir con Volkswagen.
“Esto es una tecnología absolutamente nueva, no adaptamos algo. Muere un niño cada 90 segundos en el mundo por los virus y bacterias presentes en el agua. Uno pensaría que todos tenemos agua y no es así, hay 4 mil millones de personas que no tienen acceso a agua segura, 2 mil millones no tienen acceso sencillamente, y los demás tienen agua que no es tan buena como se dice”, afirma Zolezzi.
La tecnología transforma el agua contaminada en plasma, un estado de la materia similar al gaseoso y luego en agua segura. “El resultado de este proceso, luego de la condensación del flujo, es agua potable segura, libre de patógenos”, explica Zolezzi.
El PWSS tiene la capacidad de producir cinco mil litros de agua al día y han trabajado para disminuir hasta en 80% la energía que se aplicaba en un inicio.
Zolezzi comenta que están realizando los ajustes para producir el PWSS a escala industrial con la multinacional alemana Siemens.
“Va a permitir que estos productos luego sean fabricados en masa y distribuidos globalmente. Esperamos que a fin de año esté listo este proceso y tener 300 equipos fabricados”, dice.
Si bien aún la manufactura de los equipos ha sido uno a uno, las alianzas con empresas multinacionales le ha permitido llegar con el PWSS a zonas afectadas por la falta del recurso y que requieren seguridad hídrica.
El primer paso lo dieron con la fabricante francesa de aviones, Airbus, que posibilitó la instalación de la tecnología en Nairobi, la capital de Kenia.
“Desarrollaron equipos con nuestra tecnología para instalarlos en sus aviones. Pero además financiaron la instalación para más de 2.800 niños que reciben agua segura por primera vez en su vida, en un campamento muy pobre en Nairobi, Kenia”, comenta Zolezzi.
En Chile, el investigador cerró una alianza con la Cervecería AB InBev -con sede en Bélgica- para realizar un piloto. En febrero pasado instalaron equipos en las comunas de Til-Til y Quilicura – lugares aledaños a las plantas de producción de la cervecera- donde esperan asegurar agua para unas 3.500 personas, con siete equipos instalados.
Zolezzi señala que a 2025 la multinacional cervecera busca implementar un programa de calidad del agua en los países donde opera, para sus plantas y la comunidad.
“Esto cae perfecto con nuestro modelo. Después de este piloto, probablemente se transforme en un proyecto social chileno impulsado por AB InBev”, agrega Zolezzi, que afirma que ya ha tenido conversaciones con representantes de la empresa en Brasil y México.
El investigador comenta que previo a la pandemia se puso en marcha un plan con la fabricante alemana de autos, Volkswagen, que aunque se vio interrumpido por la situación mundial, está listo para implementarse. “Vamos a instalar en India posterior a las vacunas y la pandemia”, adelanta Zolezzi.
Respecto de nuevas alianzas con compañías, dice que están en contacto “con varias empresas de relevantes industrias (minería, energía, automotriz) para replicar proyectos como el de AB inBev”.
El investigador señala que el concepcto de innovación social será el motor para lograr nuevas alianzas con empresas.
“Esto puede salvar vidas. Cuando crezcamos y las personas se pregunten por qué esta empresa pequeñita llegó a todo el mundo, sepa que no fue por su tecnología sino por su modelo, y porque hubo empresas cque creyeron en eso y lo implementaron. El futuro llama a una colaboración”, comenta Zolezzi.
El investigador señala que una vez que comience la producción a escala industrial con Siemens, hay instituciones que esperan expandir el uso de esta tecnología a otras regiones. Entre ellas, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para llevarla a más países de América Latina.