Los planes del nuevo director del Centro de Innovación UC para convertirlo en el principal referente regional

Por: Alejandra Rivera, Diario Financiero

Hasta hace pocas semanas, Ramón Molina dirigía el Know Hub Chile -un hub tecnológico-, pero su trayectoria abarca desde la dirección ejecutiva de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez, donde creó la desaparecida Octantis, una de las primeras incubadoras del país, hasta la creación de emprendimientos propios.

En 1 de diciembre pasado asumió como director ejecutivo del Centro de Innovación UC Anacleto Angelini, un espacio que hasta ahora se había posicionado como un puente entre la academia y la empresa, y que ahora quiere llevar más allá.

Molina liderará una nueva etapa de la entidad, en la que busca transformarla en el “principal referente de innovación de Latinoamérica”.

Para cumplir esta ambiciosa meta, definió una estrategia basada en tres ejes: internacionalización, generación de impacto y posicionar la relevancia de la innovación.

El plan de internacionalización considera aterrizar en los próximos tres años en Colombia, Perú y México en asociación con universidades locales, con las que están en conversaciones avanzadas.

“Esto permitirá a las empresas de base científico tecnológica locales tener una plataforma de desembarco fuera de Chile y a las firmas de esos países, acceso a las tecnologías de acá y ser integrantes del centro en Chile y viceversa, lo que genera un puente de comunicación y transferencia de tecnología que si no se hace, no existe”, sostiene Molina.

En relación a la generación de impacto, la meta es hacer empresas de base científico tecnológica que muevan la aguja de una corporación o de una sociedad, donde un hito clave será la medición del impacto, tanto de los emprendimientos, como de la transferencia de Investigación y Desarrollo (I+D) realizada para una gran corporación. “Es la única manera en que gerentes y directores se convenzan de que la innovación aporta a su negocio”, dice.

Fondos de inversión

Molina adelanta que durante 2021 lanzarán por primera vez dos fondos de inversión en asociación con entidades expertas.

Crearán un corporate venture (capital de riesgo corporativo) en asociación con una “empresa madre” para emprendimientos de base científico tecnológica en fase de escalamiento, en el que podrán participar otros inversionistas.

“Ya estamos conversando con algunas compañías de sectores como retail, financiero y servicios, que son las que demandan la generación de nuevos negocios en medio de la emergencia”, sostiene en referencia a la crisis sanitaria.

El segundo fondo estará dirigido a emprendimientos en etapas tempranas de la UC, para darles financiamiento y asesoría para llevarlos a mejores grados de avances y “que generen impacto”.

“Están todas las tecnologías de la UC y el objetivo es mejorar el nivel tecnológico de las investigaciones, que sean de impacto, por ejemplo, tecnologías para la escasez hídrica, de vacunas y económicos de alto impacto”, señala Molina.

Importancia del I+D

El tercer eje que define Molina es la relevancia, “que las empresas entiendan la relevancia de la innovación, que tanto en Chile y en otros países en Latinoamérica, inviertan en esta materia, porque “la innovación se paga, renta, y genera valor, y para eso hay que medirla”, sostiene.

Comenta que realizarán benchmark de data agregada a partir de las mediciones internas de las compañías, lo que les permitirá determinar las brechas de innovación en las empresas chilenas.

También plantea que la inversión de I+D debe pasar del actual 0,38% del Producto Interno Bruto (PIB) a un 5%. “En los países desarrollados el 80% de esa inversión la ponen las empresas, porque midieron y se dieron cuenta que la innovación renta”, dice.

¿Qué falta? Qué agentes del ecosistema “como nosotros” muestren casos de éxito, donde gerentes de empresas puedan contar su experiencia.

“Falta que el director logre entender que la innovación es relevante y que puede ser de vida o muerte para la compañía, no es una decisión, es obligatorio, y eso todavía no se entiende”, afirma Molina.

Agrega que los riesgos de las empresas son tecnológicos, microeconómicos, demográficos o por regulación “y nadie está preparado, no hay respuesta. En el caso de los demográficos, los clientes cambian, como los taxis por Uber”.

Prioridades

Molina dice que el próximo paso es crear un sistema que le permita llevar adelante estos ejes.

Para ello implementará una plataforma para sistematizar la data existente e integrarán las miradas de otras facultades de la Universidad Católica, porque se requiere una visión “holística para abordar los problemas”.

Respecto de la colaboración academia-empresa en innovación, plantea que hay que seguir replicando iniciativas como el laboratorio 5G que lanzaron recientemente con Claro y adelanta que el próximo año seguirán desarrollando estos “proyectos habilitantes para la conexión universidad-Estado-empresa, con miras a crear mesas público-privadas”.