Por: Valentina Mora, Diario Financiero
“Energía a prueba de futuro” es el nombre del estudio de World Energy Council Chile (WEC) y Yuken Impact Research Lab, que analizó cómo la industria energética chilena enfrentó los desafíos de la pandemia y cuáles fueron sus principales aprendizajes. ¿Conclusiones? Aprendieron a manejarse en entornos de incertidumbre, a operar colaborativamente, a tener instancias de participación “neutras” y multisectoriales y están de acuerdo en que la recuperación económica debe ser sostenible.
María Trinidad Castro, directora ejecutiva de WEC Chile, comenta que la industria energética de cierta forma pasó desapercibida en el último período de crisis, desde el estallido social hasta la emergencia sanitaria, pero el hecho de que “en pleno cierre de todo, con las ciudades vacías, el sistema energético seguía funcionando como si no hubiera pasado nada”, es un logro que significó muchos cambios repentinos y decisiones difíciles.
Para elaborar el estudio realizaron durante seis meses entrevistas en profundidad, de más de una hora, a 32 integrantes de WEC Chile -actores del sector público, privado y la academia, desde entidades de generación y distribución energética hasta consultoras y banca- para obtener sus apreciaciones y experiencias vividas durante la pandemia.
Las entrevistas permitieron “encontrar puntos de preocupación, problemas, las respuestas, lo que habían hecho para mantener la continuidad operacional y desafíos. Luego, se hizo un análisis de contenido, semántico y relacional de las entrevistas, de todos los temas que salían, cualitativos y cuantitativos”, explica Carlos Osorio, cofundador de Yuken Impact Research Lab y académico de la Universidad del Desarrollo.
Respecto de los aprendizajes que dejó la pandemia a la industria energética, Castro destacada tres, ligados principalmente a las dinámicas de trabajo: centrarse en las personas y en el trabajo colaborativo, aprender a manejarse en entornos de incertidumbre y por último, la importancia de instancias de participación “neutras”.
“Centrarnos en el bienestar de los colaboradores y de las comunidades en donde nos desarrollamos, y tener este operar de manera colaborativa es muy importante. Por otro lado, la incertidumbre llegó para quedarse. Las reglas cambian todos los días, entonces las inversiones a 40 o 50 años tienen que adaptarse a esta nueva realidad. Por último, las mesas de trabajo multisectoriales, son necesarias porque en el día a día es difícil mirar con una visión de largo plazo”, sostiene Castro.
Osorio comenta que durante el proceso de investigación surgieron acciones “sorprendentes” desde la industria para responder a la emergencia sanitaria, además de los resultados y compromisos a tomar para un sistema energético resiliente.
“Los aprendizajes se presentaron y luego se hicieron dos sesiones de trabajo con los miembros (de WEC Chile) donde identificamos, no solo los desafíos que suenan más importantes, sino aquellos que tienen un impacto con efecto multiplicador muy grande”, afirma Osorio.
Castro señala que el estudio, además de ser un insumo clave para avanzar hacia una industria energética resiliente, también es un aporte en materia de cambio climático y sustentabilidad. “Se mencionó muchísimo, se conversó sobre las metas de carbono neutralidad, de cómo cada una de las mesas está esperando ir mucho más allá de la norma, de los compromisos país”.
Según Castro, uno de los temas que se venía conversando y adquirió más fuerza con el estudio fue la recuperación económica sostenible. Afirma que los integrantes de WEC Chile están de acuerdo en su totalidad con ser un aporte en la recuperación evitando involucrar, por ejemplo, daños ambientales.
“Después de una crisis como la actual, la crisis económica posterior es profunda y la tentación de caer en soluciones fáciles es muy grande. En 2008, la recuperación de la caída mundial trajo consigo emisiones desproporcionadas. Hoy se está poniendo cuidado para que la recuperación sea sostenible en sí misma, amigable con el medio ambiente, y conducente ya sea de los compromisos país, o de cada una de las entidades que son miembros de WEC”, señala Castro.
“Energía a prueba de futuro” se presentó ayer miércoles al ministerio de Energía, en el marco del comité consultivo de la Política Energética 2050, donde participan cerca de 40 entidades del sector.
“La expectativa principal es poder aportar a las modificaciones que requiere la política energética. En cinco años pasó una enormidad, entonces es preciso hacer muchísimas bajadas más concretas, indicadores y formas de medición a estas grandes definiciones”, afirma la directora ejecutiva de WEC Chile.