Por: Isabel Ramos Jeldres, Diario Financiero
El trabajo de Pilita Clark como columnista de vida corporativa de Financial Times le permite describir sin tapujos las principales tendencias, y horrores, de la vida de oficina moderna. Clark asumió en septiembre de 2017 en reemplazo de otra de las reconocidas columnistas de FT, Lucy Kellaway, y en noviembre de ese mismo año, en conversación con DF describía la experiencia como “increíble”.
Escribir sobre vida laboral fue un cambio respecto de lo que había hecho en el último tiempo. Durante seis años esta periodista australiana fue corresponsal de medio ambiente y antes de eso le tocó cubrir la industria aeronáutica.
“A pesar de eso siempre he estado muy interesada en los temas laborales y la forma en que está cambiando la vida corporativa moderna”, reconocía a DF hace cuatro años. “Es un placer poder hacerlo en el FT porque tenemos una lectoría muy diversa y global”.
Buena parte de sus preferencias y su personalidad la conocemos a través de sus columnas, que son publicadas semana a semana por Diario Financiero.
Sabemos que no le gustan las oficinas de espacios abiertos, por eso, en julio escribió una columna que tituló “Es hora de despedirnos del tormento del espacio de trabajo compartido”, lo que describe como la desagradable “práctica de despojar a los empleados de un escritorio asignado y obligarlos a buscar un nuevo lugar para sentarse cada día”.
“Algunas pequeñas empresas de Londres ya han decidido abandonar las grandes oficinas por espacios más pequeños que planean usar para reuniones. Si más empresas siguen su ejemplo, es posible imaginar que puedan bajar los costos de las oficinas, lo que a su vez podría reducir la presión para restablecer los espacios de trabajo compartidos como ahora los conocemos”, reflexionó.
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Trabajo desde la cocina
Desde que comenzaron las cuarentenas y el teletrabajo, Pilita instaló su computador en la cocina. Lo sabemos porque en agosto, al enfrentar ansiosa su primer almuerzo de trabajo desde marzo, escribió: “Me di cuenta de que lo que estaba provocando esa ansiedad era la cantidad de tiempo que estaba a punto de pasar lejos del notebook en la mesa de mi cocina. Me tomaría cerca de dos horas vestirme, llegar al lugar de reunión designado, almorzar y volver a casa”.
El teletrabajo, ha sido, justamente, el tema central de la mayoría de sus columnas de este período pandémico. En la columna “Guía de modales en la era de Zoom”, de mayo, nos dijo que pronto quería probar un filtro que elimina las arrugas de la cara y lamentó que “por desgracia, Zoom no vino con un manual de instrucciones”.
También abordó las implicancias legales de trabajar desde casa: “Las leyes laborales actuales se concibieron en un momento en que el trabajador típico ingresaba al mismo edificio todos los días y regresaba a casa por la noche. Esos tiempos tal vez nunca vuelvan”, apuntó en octubre.
La conveniencia de tomar vacaciones ha sido otro de los tópicos comentados. “¿Cuánta diversión se puede tener en unas vacaciones cuando estamos encerrados en casa? Un colega agotado que lo hizo me informó que fue mejor de lo esperado”, nos relató en abril.
¿Y el impacto en la vida en pareja? “Cuando leí que la tasa de divorcios en una provincia de China, el primer país en entrar en restricciones, se había disparado cuando las parejas en cuarentena finalmente fueron liberadas, no me sorprendió que un funcionario culpara a todas las semanas de confinamiento por el incremento. Claramente, el potencial para batallas matrimoniales era ilimitado”, expresó en marzo.
En sus columnas, Pilita también nos ha contado cómo podemos hacer que este período de teletrabajo sea más llevadero. Una de las claves, afirma, es el humor.
“Los investigadores llevan años informando que, bien desplegado, el humor puede reducir los conflictos, impulsar la creatividad, mejorar la comunicación y, fundamentalmente, aumentar la retención del personal”, pudimos leer esta semana.
Otro aspecto que no hay que descuidar es el descanso y las conversaciones de pasillo. “Las empresas inteligentes están encontrando formas de agregar los descansos que las personas toman naturalmente en una oficina a un día de trabajo remoto”, dijo en septiembre. Y nos contó el ejemplo de la empresa de software GitLab, que implementó “charlas de café” de 25 minutos.
Otras, como Discovery, el grupo de seguros y servicios financieros de Sudáfrica, han contratado oradores externos para que hagan videoconferencias motivacionales a sus empleados. Entre ellos, un astronauta estadounidense habló sobre el aislamiento y un rehén de al-Qaeda habló sobre la resiliencia.
También se ha preguntado qué negocios van a sobrevivir a la pandemia. “Una vez que aprendes que puedes hacer algo más barato, más rápido y mejor en casa, ¿alguna vez volverás a pagarle a alguien más para que lo haga por ti?”, se preguntó.
“Si tuviera que adivinar, supongo que los cines sobrevivirán a Netflix (nada se compara con la experiencia grupal); Zoom acabará con muchos viajes de negocios (ahora que sabemos cómo usarlo); y a los cafés les irá bien. Con respecto a los gimnasios, soy agnóstica”, reflexionó.
El futuro del trabajo será justamente el tema del encuentro que tendrá a esta destacada columnista conversando por primera vez en vivo con un medio chileno en el marco del aniversario n° 32 de Diario Financiero.
El viernes 13 de noviembre Pilita Clark se conectará para abordar, por ejemplo, la necesidad de actualizar la legislación laboral para que se haga cargo de los desafíos del trabajo remoto, o lo difícil de volver a retomar las reuniones presenciales tras meses de encierro. Los esperamos.