Por: Carolina León, Diario Financiero
A inicios de octubre, la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso) comenzó a difundir un instrumento de autoevaluación del trabajo a distancia o teletrabajo, a raíz de la entrada en vigencia de las nuevas exigencias en materia de salud y seguridad que implica esta modalidad.
El documento -que fue resultado de una mesa de trabajo conformada por representantes de la Subsecretaría de Previsión Social, de la Dirección del Trabajo (DT), de los organismos administradores del Seguro de la Ley N°16.744 (mutuales) y la misma Suseso-, debe ser completado por todas las personas que se encuentran bajo sistema de teletrabajo, por lo cual la autoridad instruyó su difusión.
Pero ¿por qué es tan relevante? La intendenta de seguridad y salud en el Trabajo (Isesat) de la Superintendencia de Seguridad Social, Pamela Gana, dijo que se trata de un documento clave, ya que con él las empresas podrán “hacer una matriz de riesgos y así realizar un programa de prevención para este tipo de trabajadores/as”, lo cual es una exigencia de la normativa.
Su punto lo complementa Víctor Cantillana, subgerente de prevención de riesgos de la Mutual de Seguridad, quien agrega que a través de este texto el trabajador podrá informar a su empleador las condiciones en las cuales desempeñará su labor en teletrabajo.
“Este instrumento será el insumo inicial para que la entidad empleadora posteriormente evalúe el riesgo y defina cuáles serán las medidas de control necesarias, tanto desde la perspectiva de empresa como las que deberá cumplir el trabajador”, señala.
El documento se divide en dos secciones. La primera, que contiene 18 preguntas, tiene el objetivo de identificar los peligros presentes en el puesto de trabajo específico.
Así, por ejemplo, considera preguntas sobre si el trabajador conoce o no las situaciones de emergencia de origen natural; o si la silla que se utiliza cuenta con las características necesarias para apoyar la espalda. Esta información deberá ser considerada en la elaboración de la matriz y del programa preventivo que diseñe la empresa.
La segunda parte, denominada “autoevaluación adicional”, incluye catorce interrogantes para la identificación de aquellos peligros que si bien no son inherentes a las labores que el trabajador desempeña, deben ser conocidos por éste y podrán de manera optativa, ser considerados en la confección de la matriz y del programa preventivo. Como por ejemplo, si el espacio de trabajo se encuentra limpio y ordenado.
¿Qué ocurre si el cuestionario arroja resultados negativos o insuficientes? El subgerente de sistemas de gestión preventiva de la Asociación Chilena de Seguridad (Achs), Jaime Droguett, explica que si la autoevaluación muestra resultados deficientes “la empresa deberá incorporar una medida mitigadora en el programa preventivo”.
En esta línea, la intendenta de seguridad y salud en el Trabajo (Isesat) subraya que más allá de que una autoevaluación sea negativa o insuficiente, “lo importante es determinar cuales son las brechas existentes para llegar así al establecimiento de un plan de prevención. Esto significa generar el camino para llegar al cumplimiento total de las medidas contempladas en la herramienta”.