Por: Sofía Neumann, Diario Financiero
Nanotec desarrolló Copperzone, lámina autoadhesiva con nanopartículas de cobre para aplicar en superficies altamente transitadas y evitar la acumulación de bacterias.
La tecnología funciona a partir de la inyección de nanopartículas en las fibras del papel, lo que demora un día. “Las superficies pueden llegar a tener hasta 3.500 gérmenes por cm2, lo mismo que hay en un baño. La lámina en los primeros 30 minutos disminuye en 50% y después un 99% la carga de los gérmenes. Puede estar hasta un año sin problema”, explica el gerente general de Nanotec, Patricio Jarpa Jarpa.
Hace un mes comenzaron a instalar las láminas -papel que pueden personalizar- en diferentes oficinas. Ya tienen 15 clientes y 3.000 m2 cubiertos, principalmente paneles de ascensores, escritorios y manillas de puertas.
El estudiante de ingeniería de la Universidad Católica, Francisco Tobar, junto a cinco compañeros, desarrolló el dispositivo, UVCare, con luz UV-C y sensores para sanitizar ascensores.
“El Covid-19 puede estar en el aire hasta cuatro horas y en las superficies, como acero inoxidable, hasta 24 horas, por lo que hay un alto nivel de riesgo en los ascensores. La luz UV-C degrada el ARN del coronavirus y lo deja inactivo en un par de minutos”, dice Tobar.
La luz UV-C es un rayo ultravioleta, y el tipo “C”, es uno de los más nocivos para los humanos. En este caso, el dispositivo -un tubo que contiene luz UV-C- se instala en el techo del ascensor y sólo se activa cuando el elevador está vacío y cerrado por medio de un sensor de movimiento que da la orden para emitir luz por cinco segundos.
El proyecto considera otro tubo que se instala en el panel de botones del ascensor, el que emitirá las radiaciones por cuatro minutos, en los intervalos de tiempo en que está sin uso.
Los estudiantes están creando la startup UV Care y en conversaciones con un hotel para aplicar la solución.
Next Node, creó UV Box, una especie de caja de aluminio que viene en cuatro formatos y tamaños y que usa luz UV-C para desinfectar los envíos que lleguen a los espacios de trabajo.
En la caja se puede introducir diferentes objetos de metal, madera, papel, vidrio, plástico o telas, los que son sanitizados con la luz, que minimiza en un 90% la carga viral de Covid-19 tras un minuto de exposición.
Para activar la luz, se pulsa un botón que da inicio al ciclo de un minuto. Para evitar el contacto accidental con la luz, la caja cuenta con sensores de apertura, por lo tanto, si se abre la puerta, el ciclo se interrumpe. “Nos asesoramos con un doctor en biotecnología”, dice el cofundador de Next Node, Tomás Gentina.
Señala que se demoran dos semanas en producir una caja y a la fecha han vendido 15 productos al mes a 30 empresas. Ahora están trabajando en construir la caja con acero inoxidable.
Singularity Biomedical Group creó Careyou Trace, un reloj que monitorea la temperatura, nivel de oxígeno en la sangre, pulso cardíaco y frecuencia respiratoria.
El dispositivo -orientado a trabajadores en oficinas, faenas u otros- también registra la trazabilidad de los usuarios vía Bluetooth. De esta manera si alguien se contagia de coronavirus, permite saber con qué personas estuvo en contacto, ya que cada reloj está asociado a un individuo.
“No registra dónde estuvo la persona, sino con quién estuvo en contacto y muestra una lista. También podemos hacerlo con los celulares en reemplazo del reloj, que es solo descargar una app. En este caso no se puede medir los síntomas, solo trazabilidad”, dice el fundador de la firma, Sergio Chávez.
En paralelo desarrollaron una plataforma web, a la que el reloj envía la data recopilada, la que puede ser vista por la persona encargada de la empresa.
La empresa de iluminación industrial GesCom desarrolló la lámpara 4Bay LED UV-C móvil, que desinfecta ambientes, destruyendo el código genético de virus, bacterias y hongos.
El dispositivo se puede usar en diferentes ambientes y en espacios pequeños, compartimentados y de difícil acceso, como transporte público, oficinas con cubículos y salas de clases.
“Se puede programar por dos horas cada noche y al día siguiente las personas ingresarán a trabajar o estudiar a un lugar desinfectado”, dice el gerente comercial de GesCom, Ernesto Ramírez.
Las lámparas tienen un sensor inverso, es decir, se apagan en cuanto detectan un movimiento para evitar que las personas se expongan a la luz. Se vuelve a encender cuando la persona se retira, hasta cumplir su horario programado.