Por: Isabel Ramos Jeldres, Diario Financiero
Una vez que se logra zanjar la equidad de género en el ingreso al mundo laboral, ¿cómo se retiene a las mujeres para que no se retiren del trabajo antes de alcanzar puestos de alta responsabilidad?
Esa es la pregunta que se hace la consultora y auditora internacional EY, ex Ernst & Young.
“Nosotros tenemos paridad salarial y paridad entre hombres y mujeres en el número; o sea, la cantidad de hombres y mujeres que trabajan en la organización son equivalentes; de hecho somos un poco más mujeres”, dijo Macarena Navarrete, socia principal de EY, a Diario Financiero.
“Pero el problema que nosotros tenemos, nuestro desafío radica en no perder a las mujeres en cierto momento de la carrera profesional. La equidad a nivel de socios no la logramos mantener, ese es nuestro desafío y en eso estamos trabajando”, agregó.
La ejecutiva participó en la Semana de la Mujer de APEC y contó la experiencia de la empresa en crear una cultura que fomente la participación de las mujeres en todos los niveles de la organización. Para ella la clave es la flexibilidad.
“No perder a las mujeres en el momento en que se amplía la familia tiene mucho que ver con flexibilidad. Nosotros tenemos programas de flexibilidad. Lo que hacemos es ofrecer a todos las mismas oportunidades de carga laboral, pero permitir que las personas trabajen de un modo flexible que les permita compatibilizar vida familiar y laboral”, relató.
Y ejemplificó: “Poniéndolo más concreto, una mujer definitivamente resiente menos tener que trabajar hasta tarde si está trabajando en su casa, en el mismo lugar donde están sus hijos, y no llega tarde cuando sus hijos ya están dormidos”.
Explicó que trabajando desde la casa, se hace una mezcla de las responsabilidades laborales con familiares. “Cuando uno quiere ser una madre presente y además ser exitosa, hacerlo de este modo es una opción”.
Más que flexibilidad de horario, “la gente valora muchísimo trabajar desde la casa”.
Otro de los aspectos que la empresa ha querido abordar es el empoderamiento personal. “Si queremos cambiar este proceso, las mujeres tenemos que creer que se puede cambiar y querer cambiar”.
Esto se aborda a través de varias iniciativas. Uno de los programas se llama “POWER Up” y se enfoca en el empoderamiento y el trabajo de las empleadas consigo mismas.
También tienen programas de mentoría. “Es un proceso en que hombres y mujeres que trabajamos en EY, con mayor experiencia, acompañamos en sus procesos de desarrollo profesional a mujeres más jóvenes”, detalló Navarrete.
El objetivo es que socios, gerentes y otros cargos acompañen a jóvenes promesas desde el comienzo de su carrera.
“También tenemos procesos de sponsorship y de generar conciencia y explicar por qué este proceso no está cambiando. Año a año revisamos si hemos ido cerrando la brecha de género y si en cualquier área no es así, tendríamos que poder explicar por qué”, narró.
La ejecutiva afirmó que cerrar la brecha de género es un mandato explícito en la firma. El cambio es rápido cuando “ya no es un problema de recursos humanos, sino que de la primera plana de una oficina” porque el nivel gerencial “está muy acostumbrado a hacer entrega de resultados”.