Por: Sofía Neumann, Diario Financiero
Desde 2018 Jesús García Blas, director Head of Americas Digital Architecture de everis, es parte de la cruzada para crear un ecosistema de blockchain -cadena de bloques compartida- en países de Latinoamérica a través de la iniciativa LAC-Chain. El proyecto, que lidera el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y en el que participan la multinacional de consultoría everis y la asociación española Alastria, busca impulsar la creación de consorcios público-privados para acelerar el desarrollo de una red blockchain.
García explica que en la región, LAC-Chain está apoyando el desarrollo de la red pública Blockchain Federal Argentina, donde empresas, startups e instituciones pueden probar casos de uso para visualizar la trazabilidad de productos o realizar transacciones, y en Colombia están en conversaciones para iniciar una red de este tipo. En Chile observa interés, pero el país “necesita apresurarse”.
-¿Qué se requiere para que el uso de blockchain comience a permear?
-El blockchain es lo que va habilitar la transformación a un mundo digital y tiene que ser entendido como un sistema común que permite establecer relaciones en una única plataforma informática. Es una base de datos común donde la información es compartida simultáneamente y en tiempo real.
Hay tres habilitadores que permiten crear un verdadero uso de blockchain: establecer una red con validez legal -pública, de grandes corporaciones o mixta-; una identidad digital que confirme la identificación de las personas, empresas y cosas (con sensores) para evitar suplantación, y dinero electrónico o criptomonedas con validez legal y respaldado por el Estado. Ya existen leyes de dinero electrónico en España y Perú donde un banco puede generarlo en una blockchain.
-¿Cómo debe ser esta red?
-Es una red que está por encima de internet, una extensión, donde los usuarios pueden bajar una aplicación a la que ingresarán con un número de cuenta que dará admisión a su dinero electrónico, por ejemplo. Es clave trabajar en modelos de consorcio público-privado, es decir, que las grandes empresas de telecomunicaciones, bancos, aseguradoras y entidades públicas monten la red. En España hace dos años se formó el consorcio Alastria que hoy tiene 496 compañías e instituciones públicas y privadas, que se reúnen para crear la red. Esta herramienta permitirá que las empresas entreguen mejor experiencia de usuario y por lo tanto se diferencien de otras. Las compañías se tienen que dar cuenta que si no lo hacen ellas, lo hará su competencia.
-¿Hay interés en Chile?
-Con LAC-Chain hemos estado en diferentes países de la región impulsando el tema, pero todo depende del ecosistema local. En Chile he visto interés y estamos planeando volver a venir. Tras el lanzamiento de Libra, la criptomoneda de Facebook, se ha acelerado mucho el tema y ya hay bancos centrales que han lanzado sus monedas digitales, lo que va acelerar el mercado en los próximos meses. Chile necesita montar su red para poder empezar a dar nuevos servicios a sus ciudadanos, esto requiere que las entidades se pongan de acuerdo. El ecosistema chileno es uno de los más potentes de Latinoamérica en blockchain, los casos de uso que más veo son en criptomonedas.
-¿Cómo puede beneficiarse una empresa del blockchain?
– Esta tecnología permite hacer las cosas de manera más fácil. Por ejemplo, cuando un e-commerce tiene que hablar con el banco tiene que hacer un proceso de integración, que informáticamente es complejo, y puede haber cosas que no cuadren entre ambos. En cambio, si los procesos están en una misma red todo se simplifica. Por ejemplo, si se hace un pago todos los participantes del sistema lo ven simultáneamente, el e-commerce, el banco y los clientes.
-Las criptomonedas son el caso de uso más conocido. ¿Se usa en otras industrias?
-La realización de grandes transacciones de datos y de activos con resguardo de identificación puede aplicarse en diferentes industrias. Por ejemplo, en el caso de venta de vehículos el blockchain permite que los impuestos se vayan directamente al ministerio de Hacienda en tiempo real y en el sector salud, distintas entidades médicas podrían participar de la plataforma y permitir compartir el historial clínico de los pacientes con diferentes clínicas y doctores, que exista una ficha única.
En el caso de las empresas vitivinícolas les posibilitaría diferenciarse y entregar información sobre la trazabilidad del producto a través de sensores con Internet de las Cosas (IoT) para que los consumidores tengan más información, por ejemplo, saber qué fertilizantes y plaguicidas se han usado, sin que se puedan falsificar datos.
-¿El IoT está ligado a la penetración del blockchain?
-Sí, están totalmente asociados. Volviendo a los vinos, por ejemplo, se podrán instalar sensores en las cajas para medir la temperatura y la humedad, y esa información se transmitirá a la red blockchain y finalmente el consumidor, a través de un código QR, podrá conocer los datos.